THE OBJECTIVE
José María Rotellar

La subida de las bases máximas es una estafa

«Todos estos incrementos de impuestos harán que la economía sumergida aumente, el fraude se dispare, caiga la actividad económica y aumente el paro»

Opinión
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La subida de las bases máximas es una estafa

Ilustración de Alejandra Svriz.

El Gobierno de Sánchez no hay día que no idee un disparate nuevo. Con tal de alargar su estancia en La Moncloa, se ha echado en brazos de populistas e independentistas –los mismos con los que alcanzó la presidencia, mintiendo al decir que la censura era para convocar elecciones- para perpetuarse en el poder. Da igual que los presupuestos no salgan o que la senda de estabilidad se haya tumbado en el Congreso, o que el impuesto a las energéticas se caiga en el Parlamento, se apruebe por decreto y vaya a volver a ser derrotado cuando toque su convalidación; todo da igual, porque Sánchez busca tiempo, no le interesa nada más. Que se negocie en una prisión o que se flexibilice la actitud con el intento de golpe de Estado en Cataluña, parece que todo vale para ganar tiempo.

El Gobierno vuelve a subir la base máxima de cotización, que incrementa en un 4%, mientras que la pensión máxima subirá un 2,8%, debido a que la base máxima la incrementa por la inflación más 1,2 puntos, hecho que lleva a que la brecha, cada año, se agrandará más, de mantenerse dicha forma de cálculo. Esta subida de las bases máximas –cualquier día proponen el destope completo, lo que sería ya el acabóse- es una estafa por varias razones.

En primer lugar, porque con ello no se soluciona el problema de las pensiones, que requiere de una reforma estructural profunda –de la que ya hablaremos próximamente-, sino que supone una medida que no sólo no servirá de nada, sino que será contraproducente y terminará, por caída del empleo, agrandando el agujero de la Seguridad Social. Además, aunque recaudasen la cifra de 1.100 millones de euros más al año por la subida de las bases máximas que estimaron cuando elaboraron la propuesta inicial de subida, no compensan el incremento de déficit anual de la Seguridad Social, de alrededor de 1.500 millones, incremento de déficit que ya reconoció en el pasado el Gobierno a Bruselas.

Por tanto, no sólo no enjugará el déficit de la Seguridad Social, sino que mantendrá moribundo el sistema, enquistando el problema. La previsión de un incremento creciente del gasto de la Seguridad Social, motivado por el aumento del efecto sustitución de los salarios, el aumento del número de pensionistas y el IPC, elevará el déficit de la Seguridad Social, dando un paso más hacia el colapso del sistema.

En segundo lugar, porque el incremento de las bases máximas de cotización –así como del salario mínimo- destruirá actividad económica y, con ello, empleo. La AIReF estimó que sólo el incremento de las bases máximas de cotización puede suponer un frenazo a la economía de una décima de PIB y de cerca de 40.000 puestos de trabajo. Con ello, la recaudación caerá, tanto en IRPF, como en impuestos indirectos, como en cotizaciones a la Seguridad Social, con lo que, en lugar de paliar el déficit, se incrementará sobre la base de un país empobrecido. Recordemos que las cotizaciones a la Seguridad Social suponen casi un 40% más del salario del trabajador, de manera que un mileurista, para llevarse 1.000 euros netos a su casa al mes, ha de generar un valor con su trabajo que compense casi el doble del salario, que es el coste que le cuesta a la empresa. Si las cotizaciones aumentan, el desfase será mayor, el coste, superior y la contratación será menor.

Y en tercer lugar, porque ya es escandaloso que los profesionales que tienen la base máxima de cotización coticen por casi 5.000 euros (4.909,5) y puedan llegar a conseguir una pensión, la máxima, de sólo 3.812,20 euros en 12 pagas (3.267,60 euros en 14), es decir, 1.100 euros menos que el importe por el que cotizan, cuando hace seis años la diferencia era de 900.

Eso supone un claro fraude a los contribuyentes y trabajadores que cotizan por la base máxima, puesto que todavía verán cómo la diferencia entre lo que cotizan y lo que recibirán como pensión es mayor, al subir la base y no moverse, casi, la pensión, de manera que el sistema de reparto se convierte en menos contributivo todavía, en un claro desincentivo al trabajo.

Por último, todos estos incrementos de impuestos harán que la economía sumergida aumente, el fraude se dispare, caiga la actividad económica y aumente el paro, con lo que la recaudación no subirá, sino que bajará, y el gasto se incrementará más, por mayor pago de prestaciones por desempleo.

El aumento exponencial de las bases máximas es nocivo, además de ser una auténtica estafa para muchísimos trabajadores y cotizantes, a los que, una vez más, la izquierda pretende dar gato por liebre al grito de igualdad y solidaridad, cuando lo único que traerán será injusticia, paro y pobreza.

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