La verdad tras la moción de censura: Jaén como moneda de cambio
«Esta moción es una cacicada urdida en Madrid con el beneplácito del socialismo provincial. Detrás de ella está Pedro Sánchez y está María Jesús Montero»

El presidente del Gobierno, Pedro Sánchez, y la vicepresidenta primera, María Jesús Montero. | Ilustración: Alejandra Svriz
El poder tiene formas extrañas de manifestarse, y pocas tan descaradas como la que hemos vivido en Jaén. Hace unos días, los jienenses fuimos testigos de una maniobra que no solo truncó un proyecto honesto y transformador, sino que también expuso cómo los intereses partidistas pueden pisotear el futuro de toda una ciudad.
Esta moción de censura no es un mero cambio de gobierno; es fundamentalmente una herida a la confianza, una traición a quienes creyeron que la política podía ser un ejercicio de compromiso, lealtad y trabajo por el bien común, inserto en un proyecto que encaminaba a esta ciudad hacia el siglo XXII y que ha sido sustituido por otro que la retrotrae al siglo XIX, el de los caciques.
Hay que decirlo claro: esta moción es una cacicada urdida en Madrid con el beneplácito del socialismo provincial. Detrás de ella está Pedro Sánchez y está María Jesús Montero, cuya primera visita como candidata a la secretaría general del PSOE de Andalucía ha sido precisamente a la ciudad cuya alcaldía ha comprado a precio de saldo.
«Detrás de todo esto, una figura ya conocida por sus maniobras cuestionables: María Jesús Montero, la ministra que hizo su carrera al amparo de los ERE y que ahora actúa como testaferro de Pedro Sánchez»
Salvo que en el acuerdo haya letra pequeña escrita con tinta invisible, el pacto es un despropósito avalado por Jaén Merece Más. La moción no ha sido consecuencia de desacuerdos ideológicos ni de errores insalvables. Ha sido, simple y llanamente, un cambalache. Jaén, nuestra ciudad, se ha convertido en la ficha del tablero de juego sanchista.
La alcaldía ha sido comprada a cambio de promesas vagas, de acuerdos firmados en la oscuridad de los despachos, con el dinero de todos como moneda de cambio. Y detrás de todo esto, una figura ya conocida por sus maniobras cuestionables: María Jesús Montero, la ministra que hizo su carrera al amparo de los ERE y que ahora actúa como testaferro de Pedro Sánchez.
Montero, con su firma, ha rubricado un pacto que no busca el interés de Jaén, sino el de su jefe. Promete reestructurar la deuda del Ayuntamiento, amortizarla con bienes municipales, otorgar una supuesta flexibilidad de pagos. Todo parece generoso, pero, en realidad, es un atentado contra nuestra ciudad. La dación en pago de bienes municipales no solo es descapitalizar nuestro patrimonio histórico, algo que debería ser intocable, especialmente para quienes dicen querer tanto a Jaén y su historia, sino que además tiene serias limitaciones y dudas de encaje legal.
Entonces ¿qué significa este acuerdo? Significa que no han tenido reparos en hipotecar a Jaén para comprar una alcaldía. El PSOE no ha traído soluciones, sino promesas vacías y una estrategia que utiliza el dinero público como si fuera un fondo personal de Pedro Sánchez. Y mientras, los jienenses son los que pagarán la factura, viendo cómo su patrimonio se diluye y cómo se desvanecen las bases de un proyecto que estaba transformando la ciudad.
Lo más indignante es que esta moción llega en un momento dulce para Jaén. Habíamos comenzado a construir un futuro más próspero, más justo. Cada barrio mejorado, cada paso dado hacia un Jaén inclusivo, cada avance, no ha sido fruto de discursos vacíos, sino de esfuerzo, valentía y decisiones a veces difíciles. Gobernar no es fácil cuando se opta por la honestidad frente a los atajos. Y, sin embargo, íbamos en la dirección correcta.
Otros han preferido coger un atajo. La paciencia y la confianza que siempre reclamamos nos han sido negadas, y lo que debería haber sido un proyecto compartido se ha visto empañado por intereses alejados del bien común. Es doloroso ver cómo quienes ayer defendían este camino hoy se pliegan a quienes ofrecen promesas vacías. Y más doloroso aún es saber que esto no es una derrota personal, sino una oportunidad perdida para Jaén.
Jaén no merece ser el trofeo de un perverso pacto político. No merece ser moneda de cambio ni plataforma para quienes buscan perpetuar su poder. Esta ciudad merece mucho más que eso, porque Jaén es su gente, su historia y su fuerza, que es la mía. Y aunque hoy me encuentre en la oposición, mi compromiso con Jaén es inquebrantable.
He gobernado con honradez, he dado lo mejor por esta tierra, y así seguiré. Porque la política puede robarnos un mandato, pero nunca nos quitará la voluntad de seguir construyendo el futuro que esta ciudad merece. Y en ese futuro el PSOE no aparece. De hecho, Jaén será el Waterloo de Pedro Sánchez y de su valida, María Jesús Montero. En la historia, Waterloo marcó el final de un imperio; Jaén, a su modo, será el fin de un proyecto apuntalado en la ambición socialista.
A los jienenses, les pido que no pierdan la fe. No en mí, sino en ellos mismos, en lo que juntos podemos lograr. Jaén no se construye en despachos ni en los sillones de quienes especulan con promesas. Jaén se construye cada día, con el trabajo y el esfuerzo de sus ciudadanos. Aunque algunos nos hayan intentado arrebatar ese futuro, Jaén aún tiene en sus manos la posibilidad de levantarse.
Ahora concluye mi etapa al frente del Ayuntamiento de Jaén, pero persiste mi compromiso, el de mi partido y el de la sociedad para conseguir un Jaén más próspero y más justo. Esta ciudad no se rinde. Su fortaleza radica en su gente y lo que Jaén merece lo obtendrá. Lo que Jaén merece lo construiremos juntos, día a día, con pasos firmes y el esfuerzo compartido de todos.
* Agustín González (PP) ha sido alcalde de Jaén hasta la reciente moción de censura planteada por el PSOE y Jaén Merece Más.