The Objective
Ignacio Ruiz-Jarabo

Vivienda: entre propuestas y propaganda

«El plan del PP aumentará la oferta de viviendas y será eficaz para combatir el alza de los precios. Las medidas del PSOE son infumables salvo cuando plagian al PP»

Opinión
Vivienda: entre propuestas y propaganda

El presidente del Gobierno, Pedro Sánchez, durante la presentación de su plan de vivienda.

El inicio de esta semana ha estado marcado por dos posicionamientos políticos en relación con el problema de la vivienda. Primero conocimos las propuestas del Partido Popular anunciadas como medidas que adoptará en sus primeros cien días de Gobierno y que fueron aprobadas en la reunión que, conocida con antelación, mantuvieron sus dirigentes en el fin de semana. Pocas horas después surgió sin previo aviso la intervención de Sánchez que presentaba su propio paquete de medidas.

El análisis de cualquier plan que pretenda resolver el problema de la vivienda en España debe poner en relación las medidas o propuestas que contiene con la causa que lo origina. Sobre este punto existe unanimidad entre los analistas al considerar que el tensionamiento de los precios, en compraventa y en arrendamiento, trae su origen en la escasez de la oferta de viviendas en el mercado. Siendo así, todo plan que se elabore debe tener una doble orientación: de una parte, aumentar el stock de viviendas; de otra, lograr que regresen al mercado de arrendamiento aquellas que sus propietarios han retirado debido a la inseguridad jurídica que amenaza la posesión de su propiedad.

En las medidas o propuestas anunciadas por el PP se encuentran de manera nítida ambas orientaciones. Para aumentar el parque de viviendas se dispone: 1) Agilizar los trámites urbanísticos reduciendo o eliminando la exigencia de requisitos burocráticos innecesarios para así acelerar la disposición de suelo en el que edificar nuevas viviendas; 2) Apostar por la vivienda social con el fin de reducir el claro déficit hoy existente en este ámbito; o 3) Impulsar la colaboración público-privada que, mediante la recalificación de terrenos desde sus actuales usos no ejecutados a nuevos destinos habitacionales, permita construir edificios destinados a uso residencial.

Complementariamente y para animar la puesta en oferta de arrendamiento de aquellas viviendas que han sido retiradas del mercado, en el plan del PP se apuesta por abordar de modo decidido la lacra de la okupación, ese delito que limita el derecho constitucional a la propiedad privada y que impide a un propietario obtener ingresos provenientes de un activo adquirido con su ahorro o inversión. Se anuncian medidas legales que endurezcan las penas con las que castigar a los okupas, la agilización efectiva de los desalojos, y el asesoramiento técnico-jurídico a los propietarios afectados por el delito de okupación de su propiedad.

Son medidas para revertir la actual connivencia del Gobierno Sánchez con los okupas y con los inquiokupa. Recordemos en este último supuesto que la reciente Ley de Vivienda impulsada por el sanchismo obliga al propietario a demostrar que el arrendatario moroso no es una persona vulnerable, una injustificable inversión de la carga de la prueba que viene a ser como la exigencia de una prueba diabólica. Resulta inconcebible además la mayor dado que, de existir la vulnerabilidad del inquilino y de querer atenderla, el coste de su atención debe correr por cuenta del Estado y no del propietario de la vivienda inquiokupada.

“Las propuestas del PP constituyen un paquete diversificado de medidas que tienen como principio rector la liberalización del sector”

Adicionalmente, se plantea también en determinados casos la aplicación de inventivos fiscales para el arrendador cuya vivienda arrendada constituya la residencia habitual del arrendatario cuando éste sea menor de 35 años, mayor de 65 o disponga de reducidos ingresos. Enlazando con lo expuesto en el párrafo precedente, ésta es la dirección oportuna. Si por la circunstancia que fuera se considera que un ciudadano es merecedor de una ayuda económica para que pueda disponer de una vivienda, ha de ser el Estado el que se la provea y asuma el coste social de la provisión, nunca el propietario.

Contempladas en conjunto las propuestas del PP constituyen un paquete diversificado de medidas sobre la oferta del mercado, todas serias, que tienen como principio rector básico la liberalización del sector. Su aplicación tendría –tendrá- el efecto perseguido de aumentar la oferta de viviendas en los mercados de compraventa y de arrendamiento y, por ello, sería – será- eficaz para combatir el alza de los precios que es el problema que se aspira a resolver.

Ahora bien, la obtención de los resultados esperados puede demorarse un tiempo desde que se inicie la aplicación del plan, especialmente en lo referente al incremento del stock de viviendas, de modo que la actual tensión de los precios podría prolongarse durante un tiempo. Por este motivo, se incluyen en el plan del PP determinadas medidas que actúen sobre la demanda para facilitar que los demandantes de viviendas puedan acceder a ellas, entendiéndose que en general solo tendrán carácter transitorio mientras dure la actual etapa de precios tensionados.

Entre ellas se encuentran el otorgamiento de avales públicos para posibilitar la conformación del préstamo hipotecario con el que financiar la adquisición de una vivienda o la constitución de una fianza para suscribir un contrato de arrendamiento. También la entrega de 1.000 euros como ayuda a los jóvenes que van a adquirir o arrendar una vivienda para emanciparse o la reforma del actual bono joven de alquiler para aumentar su efectividad. Y, como no podía ser de otro modo, la rebaja significativa de la imposición que grava –en realidad, sobre grava- la adquisición de viviendas.

“Adelantado por la derecha, Sánchez ha querido responder precipitadamente con una pretendida contrapropuesta”

Hecho público el plan del PP, Sánchez se ha precipitado a presentar el suyo en un corre-corre o reacción puerilmente propagandística pues solo como acto de propaganda puede calificarse a lo que ha expuesto. Fundamentalmente, por la premura y presumible improvisación con la que se ha presentado. Todo apunta a que, adelantado por la derecha, Sánchez ha visto que se le pillaba desnudo y ha querido responder precipitadamente con una pretendida contrapropuesta de cuyo contenido solo se salvan aquellas medidas que no son sino plagios de las incluidas en el plan presentado por el PP, eso sí, subiendo en intensidad emulando así a la frase “y también dos huevos duros” que inmortalizó Groucho Marx.

Lo demás, lo que no constituye un descarado plagio al PP, resulta absolutamente infumable. Veamos: más Estado -recordemos la nueva empresa pública de vivienda, remedo de la ya existió en el franquismo-; mayor regulación del mercado -con prohibiciones específicas de adquisición para algunos potenciales adquirentes-; más intervención gubernamental-en el precio de los arrendamientos-; más cera contra los que llama especuladores -todo aquel que adquiera una vivienda como inversión-; más promesas de inundar de viviendas el mercado…

Si en 2023 Sánchez prometió la construcción de 183.000 viviendas sociales de las que no se conoce ni el inicio de su construcción, ahora ha prometido la utilización de dos millones de metros cuadrados de suelo para construir “miles, miles y miles de viviendas sociales”. Con él ya se sabe: prometer hasta…, y una vez… nada de lo prometido. En definitiva, intervencionismo puro y duro frente a la apuesta por la liberalización presente en las propuestas del PP.

Y una cuestión adicional pero de suma relevancia, nada ha dicho Sánchez sobre como resolver la lacra que representa la okupación. No es ya que no haya anunciado medida alguna para erradicarla o al menos reducirla, es que ni siquiera se ha referido al problema que supone en términos de seguridad jurídica. Al respecto, resulta sorprendente el romance que mantiene la ultraizquierda socia de Sánchez con este grave delito. Desconozco si responde a un pretendido romanticismo, en todo caso mal entendido, o a un odio salvaje a todo el que tenga alguna propiedad, aunque mucho me temo que responde a este segundo motivo.

Lo que es grave y peligroso es que ese reseñado noviazgo entre el grave delito de la okupación y los ultraizquierdistas presentes en el Gobierno, y en la mayoría parlamentaria que le sustenta, mantenga a Sánchez atado y amordazado hasta el punto de permanecer lacerantemente inactivo e inconcebiblemente mudo ante la flagrante violación del Código Penal que realizan los okupas. Otra dejación, una más, de sus responsabilidades como presidente del Gobierno.

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