¿Tienes picha? La impostura feminista
«La infantilización de la mujer es lo que tiene, que una mujer es siempre víctima, incluso cuando actúa de verdugo»

Las futbolistas Mapi León y Daniel Caracas.
Si Rubiales hubiera perpetrado su beso no consentido a Sergio Ramos o Gerard Piqué, tras una victoria del Mundial masculino, muy probablemente se hubiera convertido en una de las estampas de la gesta futbolística. Un recuerdo gracioso, o loco, de aquella jornada. Incluso en el caso razonable de que a Ramos o Piqué les hubiera incomodado el comportamiento de su superior, es impensable que se hubiera hecho un casus belli, como ha sucedido con Jenni Hermoso.
Si bien a Rubiales habría que explicarle que ningún jefe puede tratar así a un subordinado, hay que estar majara para creer que quisiera agredirla sexualmente. Este tipo de agresiones se consuman en privado, y no frente a un estadio a rebosar de personas y con millones de espectadores.
Según se ha visto en el juicio, lo más censurable -y condenable- fue el comportamiento de después, las coacciones que recibió la jugadora por parte de altos cargos de la Federación para que se desdijera, tratando de que firmara un comunicado conjunto.
Lo mollar del asunto, sin embargo, es cómo este nuevo feminismo de cuarta ola infantiliza a las mujeres. Han debido mediar las instituciones en lo que fue un incidente menor. A ello se le suma ahora que una de las jugadoras que apoyó a Hermoso, como es Mapi León, ha tocado las partes íntimas de otra futbolista y le ha preguntado si «tiene picha».
Lejos de pedir perdón, la implicada ha negado los hechos y ha denunciado la supuesta existencia de una campaña para desprestigiarla. Lo valiente hubiera sido disculparse y admitir su error. Pero la infantilización de la mujer es lo que tiene, que una mujer es siempre víctima, incluso cuando actúa de verdugo.