A vueltas con el suicidio
«Lo mejor que puede hacer la ideología a la hora de analizar cualquier fenómeno social es desaparecer y no predicar desde cualquier ministerio»

Una mujer acercando las rodillas al pecho. | Shutterstock
Durante 2023 se suicidaron en España 4.116 personas, 3.044 varones (el 74%) y 1.072 mujeres (el 26%). Esta diferencia entre varones y mujeres es habitual en la mayor parte de los países europeos. Los datos de las Estadísticas de Suicidio 2023 son extraídos de las Estadísticas de Defunción por Causa de Muerte 2023 del Instituto Nacional de Estadística (INE) publicados el 17 de diciembre de 2024.
Durante años los medios de comunicación se negaron a publicar datos de suicidios, bajo el argumento de que su publicación podía incitar a suicidarse. Nunca entendí el argumento y pensé que detrás de esa censura estaba el feminismo, que se negaba a admitir que la biología masculina era más proclive a la autoflagelación. Mas, sea como sea, la ideología no deja de estar presente en la interpretación de los datos. Por suerte, hace ya algún tiempo se creó la Fundación Española para la Prevención del Suicidio, que publica informes desde 2015.
El secretario de Estado Javier Padilla publicó en Infolibre un artículo simplificador donde atribuye esas diferencias entre suicidios de varones y de mujeres a la «masculinidad» que «empuja a asumir riesgos y ridiculiza la vulnerabilidad». Según el tuit del departamento de Mónica García, la masculinidad también es la causa por la cual los hombres, en general, viven menos (80,3 años hombres vs. 85,8) y consumen más drogas.
Todas estas afirmaciones han provocado la indignación del sector, que no da crédito a esta simplificación y politización por parte de la máxima autoridad sanitaria, como lo es el Ministerio de Sanidad. Y es que, para el departamento de Mónica García, 3.044 hombres se suicidaron en 2023 en España por una cuestión de masculinidad. Se descarta cualquier componente genético o causa psicológica, cultural, económica o social, y se olvida además que, pese a que las tasas de suicidio son más altas en hombres, las mujeres presentan cifras más elevadas de intentos de suicidio (66%).
Como demógrafo no deja de sorprenderme que la diferencia entre la esperanza de vida femenina (más alta) y la masculina (más baja) se deba, según el Ministerio, a la «masculinidad que empuja a asumir riesgos» y no a que la biología masculina es genéticamente más débil que la femenina. Afirmación que está archidemostrada.
«El ahorcamiento es el método de suicidio más utilizado por los varones (50%) frente al 30% por las mujeres»
A este propósito, Lydia Ramírez ha entrevistado para estas páginas a varios especialistas, como el conocido psiquiatra Celso Arango. Según Arango, «decir que los determinantes sociales no implican en el suicidio es lo mismo que decir que la genética no influye en el suicidio».
«La heredabilidad del suicidio está estimada entre el 30% y el 35%, según estudios recientes publicados en las revistas Nature y JAMA. Es decir, entre un 30% y un 55% del comportamiento de quitarse la vida es debido a factores genéticos».
La componente biológica también está detrás de los métodos utilizados para quitarse la vida. Así, el ahorcamiento es el método de suicidio más utilizado por los varones (50%), mientras que las mujeres usan este procedimiento en torno al 30%. Entre las mujeres, el método más utilizado es saltar desde un lugar elevado (37,5%), frente al 23% de los hombres. Las otras diferencias principales entre sexos son el envenenamiento con fármacos, utilizado por las mujeres casi en un 20% frente a al 8% en hombres; y las armas de fuego: 7% hombres; 1% mujeres.
Lo mejor que puede hacer la ideología a la hora de analizar cualquier fenómeno social es desaparecer y no predicar desde cualquier ministerio.