El caballo de Troya
«Trump está sentado sobre una bomba nuclear de deuda pública que solo se puede refinanciar si el dólar sigue siendo la moneda de reserva mundial»

El presidente de Estados Unidos, Donald Trump. | Ilustración de Alejandra Svriz
El retorno de Donald Trump a la Casa Blanca ha traído de todo menos tranquilidad. De lo mucho que sobre este asunto he leído en la prensa, el artículo más completo -a mi juicio- lo publicó el profesor José Carlos Díez en El Confidencial el día 22 de abril de 2025, y he creído conveniente recogerlo aquí.
¿A quién beneficia dentro de EEUU las ocurrencias de Trump? A muy pocos, y no debemos olvidar que en 2026 hay elecciones en el Congreso y en el Senado y Trump puede quedar medio desnudo. Así que menos lobos.
Por otro lado, Trump está sentado sobre una bomba nuclear de deuda pública que solo se puede refinanciar si el dólar sigue siendo la moneda de reserva mundial, pero, no se sabe por qué, este presidente está obsesionado con acabar con ese privilegio que los EEUU tienen desde 1945 y apretar el botón rojo para que salte por los aires la estabilidad financiera mundial.
En EEUU, las nuevas hipotecas están al 7% y en España están por debajo del 3% gracias al euro. La apreciación del euro dificulta nuestras exportaciones, pero dos tercios de ellas se concentran en la Unión Europea, que sigue siendo el mayor mercado mundial de consumo del mundo.
Como acabo de escribir, nuestra posición geopolítica es clara; somos europeos y, ahora más que nunca, tenemos que sentirnos europeos. Lo mejor de Trump es que ha provocado el rechazo de la mayoría de los europeos y es muy difícil para un político europeo apoyar a Trump y ganar votos.
«Lo mejor de Trump es que ha provocado el rechazo de la mayoría de los europeos y es muy difícil para un político europeo apoyar a Trump y ganar votos»
España tiene hoy algunas ventajas, por ejemplo, la que nos da la revolución energética. La forma más barata de producir electricidad en la actualidad es con sol, viento y agua y España tiene las mejores condiciones de sol, viento y agua de Europa. Gracias a esto y a nuestro nivel salarial, España es hoy el lugar más competitivo de toda Europa para abrir una nueva fábrica. Muchas empresas europeas repatriarán producción y el objetivo prioritario del Gobierno, en colaboración con las comunidades autónomas y ayuntamientos, debe ser que la mayor parte de las nuevas fábricas se instalen en nuestro país.
Como ha escrito el profesor José Carlos Díez, “aquí el problema no es Trump, el problema es que el Estado español ha perdido mucha eficiencia desde la crisis de 2008 y la burocracia asfixia el desarrollo empresarial y especialmente las nuevas inversiones. Somos el país más beneficiado por la revolución energética, tenemos empresas líderes mundiales que han creado un ecosistema industrial con ingeniería y tecnología 100% española, pero somos el país que más trabas pone a las inversiones. Pedro Sánchez lleva siete años en la Moncloa y aún está ejecutando subastas de fotovoltaica aprobadas por Rajoy hace más de siete años.
Respecto al sistema eléctrico español, le falta complementar las renovables con almacenamiento, baterías y centrales de doble bombeo, pero de nuevo la principal amenaza no es Trump, es la inseguridad jurídica que produce la burocracia existente en España. En este escenario, el Gobierno está a punto de cometer un gravísimo error, forzando con impuestos a cerrar centrales nucleares que venden electricidad a unos 60 euros por megavatio y sustituirlas por gas que no baja de 100 euros.
El profesor Díez expone la siguiente conclusión:
«España está en Europa y eso es un dique de protección que en la era Trump. La revolución energética nos sonríe y por primera vez en nuestra historia podemos hacer una política industrial basada en energía abundante y barata. Basta con unos pocos cambios para conseguir el sueño de pleno empleo y salarios dignos, pero todo cambio necesita liderazgo y España no tiene los líderes necesarios»