The Objective
Román Cendoya

Feijóo ante el Congreso del PP 

«A Feijóo le preocupa ser reconocido como la esperanza real que devolverá a España la libertad y que vuelva a ser un estado democrático de pleno derecho»

Opinión
Feijóo ante el Congreso del PP 

Ilustración de Alejandra Svriz.

El Partido Popular es la única alternativa real que hay para desalojar del Gobierno de España a la mafia corrupta que lo okupa desde hace siete años. Por eso, la convocatoria de este Congreso tiene una trascendencia muy superior a cualquiera de los congresos que el PP ha celebrado anteriormente. Su importancia es directamente proporcional al nivel de degeneración democrática e institucional que sufrimos los españoles. La realidad institucional es la que obliga a Alberto Núñez Feijóo a que el congreso del Partido Popular sea totalmente diferente de los anteriores.

Los congresos nacionales de los partidos suelen ser una presunta fiesta en la que se materializan todas las disputas internas. Pugnas territoriales y de corrientes ideológicas que culminan con repartos de cargos y cuotas de poder. Esta vez da igual a quién ponen en cada sitio. ¿Son los mejores? Qué más da. La endogamia de los partidos y la degeneración de la política provoca la falta de motivación de los presuntamente mejores para no involucrarse en ese mundo. Hay que reconocer que, por comparación, los del Partido Popular mejoran mucho a los del PSOE.

En el Congreso del Partido Popular tampoco es importante que apelen a la capacidad de gestión. Está asumido que el PP gestiona mejor que los demás. Además, ahora lo lidera Núñez Feijóo que tiene un exitoso historial de gestión en todos los cargos que ha ostentado.  

Para justificar los congresos se dedica mucho tiempo a las ponencias políticas. Esos documentos que, como ocurre con los programas electorales, nadie lee, ni siquiera los candidatos. En circunstancias normales las propuestas políticas, económicas, laborales o sociales son importantes. Pero en este Congreso no. Lo único imprescindible e importante que demanda la sociedad española, realmente preocupada, es una propuesta firme y concreta de regeneración democrática. Durante los congresos son los otros partidos los que más tiempo dedican a criticar las ponencias políticas. Feijóo tiene que olvidarse de todos ellos. El Partido Popular es la alternativa real. Por la izquierda qué más da lo que opine el corrupto y mafioso PSOE del capo Sánchez. Lo que diga el PSOE sólo debe tenerse en cuenta como prueba judicial en su contra. El equipo de opinión sincronizada repetirá las soflamas que marque Moncloa intentando crear relato. Tampoco interesa lo que digan todos los cómplices necesarios del sanchismo. Ni el huido Junts, ni el PNV de los líderes con apellidos maketos. No es el momento de matemáticas parlamentarias, ni de prudencias por futuras especulaciones. Tampoco importa lo que opine por la derecha el populismo nacionalista cuya imposibilidad ideológica le ha llevado a concluir que ya no hay izquierdas o derechas. Su debate es globalismo o soberanismo, una forma engañosa de llamar al «negocio patriótico». Criticarán que en el Congreso del Partido Popular no se debatan sus diagnósticos de barra de bar.

Alberto Núñez Feijóo ya presentó en Cádiz, el 23 de enero de 2023, un plan de regeneración democrática con 60 medidas concretas contra la «erosión» institucional por la «deriva» de Sánchez. La «erosión» de entonces es hoy quiebra y autocracia. Lo que entonces eran 60 medidas, hoy tienen que ser muchísimas más. Feijóo debe reafirmar su compromiso con la reparación de los pilares del Estado para volver a hacer de España una nación democrática. Eso y sólo eso hará creíble que el Partido Popular pueda resolver los problemas reales de la vivienda, de la precariedad del empleo o de la política fiscal confiscatoria.

«No hay que dar oportunidades al gobierno corrupto del ‘y tú más’ con la presencia de pasados que mancharon el nombre del PP»

Por eso el Congreso del Partido Popular no puede ser uno más. La ampliación del espacio político que, legítima y responsablemente, busca Alberto Núñez Feijóo está más accesible que nunca porque no es ideológico, es político. La mayoría de la sociedad está deseosa por recibir un firme compromiso con la regeneración democrática y la institucionalidad, en un sólido discurso concreto que fije en el tiempo medidas claras y explícitas. Un compromiso real. Un compromiso de Estado y no de partido.

Es imprescindible que el Partido Popular presente en su Congreso un futuro ilusionante y creíble. Por eso, tiene que ser un Congreso diferente. Deberá prescindir de la presencia y participación de gentes del partido que, en otro tiempo, pudieron ser patrimonio pero hoy no son más que un pesado lastre. Todo lo que se diga quedará bajo sospecha si Mariano Rajoy y sus acompañantes en aquel desastre político tienen algún papel. Los españoles le otorgaron aquella gran mayoría absoluta destinada a la regeneración democrática de los desaguisados de Zapatero y no hizo absolutamente nada. Rajoy se escondió detrás de la crisis económica para no adoptar ninguna de las medidas necesarias. No derogó la Ley de la Memoria Histórica, decisión que habría costado cero euros y que habría ahorrado millones de euros en demagogia y chiringuitos guerra civilistas. Sólo tenía que haber publicado un párrafo en el BOE y no lo hizo. Se comió un referéndum y un golpe de Estado sin enterarse, o no, y mantuvo las líneas de diálogo y beneficios penitenciarios de los terroristas de ETA. En su política fiscal machacó, más allá que lo que proponía Izquierda Unida, a las clases medias y a los autónomos. Respecto a la corrupción, el autor de «sé fuerte Luis» tendrá que acudir el próximo otoño como testigo –ya se verá cómo termina– por la Kitchen. El único mérito de Mariano Rajoy fue romper el centroderecha español en tres partidos.

El próximo Congreso del Partido debe ser diferente, serio, riguroso y por eso ilusionante. No hay que dar oportunidades al gobierno corrupto del «y tú más» con la presencia de pasados que mancharon el nombre del Partido Popular. Todos recordamos que cuando José Luis Ábalos asaltaba el poder junto a Pedro Sánchez para la corrupta mafia actual, el escaño de Rajoy estaba ocupado por un bolso mientras él daba cuenta a una botella de Lagavulin. Esas escenas y sus graves incumplimientos políticos están demasiado presentes y lo contaminan todo.

En el Congreso del Partido Popular se juega mucho más que el futuro político de Núñez Feijóo. Estoy convencido de que a Feijóo le preocupa ser reconocido como la esperanza real que devolverá a España la libertad y que vuelva a ser un estado democrático de pleno derecho. Ojalá que por el bien de España sea valiente, haga lo que tiene que hacer y tenga éxito.

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