The Objective
Pilar Marcos

La zafia mafia del puto amo

«Hay que ser muy cutre para enviar a un puñado de tus ministros a pregonar un bulo tan burdo como el de la ‘bomba-lapa-fake’, que nos entretuvo este sábado»

Opinión
La zafia mafia del puto amo

Ilustración de Alejandra Svriz.

Lo peor es lo cutre que es. Porque hay que ser muy cutre para enviar a un puñado de tus ministros a pregonar un bulo tan burdo como el de la bomba-lapa-fake, que nos entretuvo este sábado. Aquí se contó la verdad, y bien. Casi todos los medios que se habían hecho eco del bulo rectificaron, pero aún estamos esperando algo parecido a una rectificación o alguna disculpa de ministros tan preocupados por la lucha contra la desinformación como Óscar López, María Jesús Montero, Pilar Alegría o Ángel Víctor Torres. Desde el bulo del culo no se había visto ridículo parecido… Quizá por aquel recuerdo, el aún ministro Fernando Grande-Marlaska se abstuvo de propalar el bulo de la bomba-lapa

Como resume Daniel Gascón, los guapos difunden bulos, los feos se ocupan del chantaje y la extorsión. Eso sí, bulos, chantaje y extorsión en su versión más cochambrosa. A lo cutre que ya conocíamos –su Koldo, su Ábalos, su Cerdán, su hermanísimo (entre Elvas y Badajoz), y su catedrática esposa–, se ha sumado lo cutre recién sabido: no solo nos ha mostrado la indecible finura de la ejemplar militante Leire, ejerciendo de actriz principal en Los Soprano, sino que han tenido a bien recordarnos el bochornoso episodio de Exuperancia Rapú, al recuperar para la trama más actual al abogado de aquel viejo chantaje.

Lo peor es lo cutre del espectáculo. Que son de esquilmar mucho, de arrasar con lo que vean a mano, y más, salta a la vista solo con ver las hechuras de la camarilla hoy conocida como banda del Peugeot. Ahora, como además de saltar a la vista empieza a saltar a los tribunales de Justicia, el jefe del Peugeot parece decidido a emular a El Pedrino, tan bien retratado por José María Nieto, contratando para la tarea de inspiración siciliana a poceros muy cutres. Actúan como una mafia, sí, pero una mafia muy zafia

Que es de hacer trampas, de burlar y romper –en plan barato– hasta las normas más elementales de la democracia lo vieron sus compañeros de partido en aquella célebre escena del biombo del hoy lejano Comité Federal socialista del 1 de octubre de 2016. Lo vieron quienes estaban allí y se retransmitió a toda España prácticamente en directo. «Así no, Pedro», se contó que suplicó José Borrell, quien dos años después fue ministro suyo. Se contó menos que entre los que jaleaban la ocurrencia de burlar los votos tras una cortina se encontraba una entonces desconocida María Chivite, pedrista avant la lettre.

Lo del biombo fue un atajo cutre para intentar quedarse con el partido después de cosechar el peor resultado electoral que nunca, antes o después, ha tenido el PSOE: 85 diputados, por ser precisos. Quedarse con el partido era solo el primer paso. El segundo era –y es– el Gobierno, y el último es el Estado. Como lo del biombo fracasó estrepitosamente, salió a jugar –y a ganar– la banda del Peugeot. Años después, él mismo nos contó que, en mayo de 2017, un «gigante de la militancia socialista» llamado Koldo García Izaguirre había dormido con los avales para así cuidarlos desde la más íntima cercanía. Visto cómo se las gastan, queda la duda de si «el gigante», además de dormir junto a los avales, «soñó» con multiplicarlos

«La vergüenza por las maniobras desplegadas en defensa propia compite con el bochorno por la propaganda utilizada para desviar la atención»

Aquello le salió bien y justo un año después dio el siguiente paso: de tomar el partido a hacerse con el Gobierno. Lo hizo con los mismos 85 diputados socialistas, utilizando la muy cutre «morcilla» que introdujo el juez De Prada en la sentencia de la Gürtel como excusa para la moción de censura de mayo de 2018. Pero aquella treta, que ya cumple siete años, quedó muy bien disimulada gracias a un «Gobierno bonito» y a que los socios menos recomendables de la moción aceptaron durante muchos meses un discreto papel entre bambalinas en lo que se ponía a hervir, despacito, la rana española con el objetivo último: hacerse con el Estado.

La estrategia de calentamiento paulatino (que no global) de nuestra rana saltó por los aires gracias a los jueces… y a la Guardia Civil. Ocurrió hace poco más de un año. En abril, por ser precisos. Fue entonces cuando él fue consciente de que las irregularidades cometidas por su mujer estaban llegando a los tribunales de Justicia. Las de ella, y las del hermano, y las de ese número dos que apartó para contentar a las feministas del partido… y las del resto de la pandilla. 

Desde entonces, la vergüenza por las maniobras desplegadas en defensa propia compite con el bochorno por la propaganda utilizada para desviar la atención. De grotescas misivas de hombre «profundamente enamorado» (de sí mismo) a encargos sicilianos en busca de la propia impunidad. Lógico, quien tanto se ha esforzado por garantizar la impunidad de sus socios por delitos que poco o nada a él le importan, fuera cual fuera el precio, se ve con derecho para cubrirse las espaldas por sus propias corrupciones, pasándonos a todos ambas facturas

Hace 14 meses, en aquellos días de retiro bufo, uno de sus más dilectos ministros nos contó que le llaman «el puto amo». Desde entonces, el «puto amo» y su inefable pandilla están volcados en mostrarnos lo zafia que es su mafia. Ese último objetivo está plenamente logrado. Ya todo el mundo es consciente de cuán necesario es acabar cuanto antes con la zafia mafia del puto amo.

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