The Objective
Román Cendoya

Sanchismo, corrupción global

«Mientras Junts, Esquerra, PNV, Bildu y Sumar no rompan con Sánchez, serán parte activa de la pestilente corrupción global. Todos han sacado beneficio»

Opinión
Sanchismo, corrupción global

Alejandra Svriz

El sanchismo es indiscutiblemente sinónimo de corrupción. La corrupción de Santos Cerdán es la corrupción de Pedro Sánchez. La corrupción de Ábalos y Koldo es también la de Pedro Sánchez. Pedro Sánchez dice que ésto no va con él. Falso. Sí va con él, con su partido y con su gobierno. Todo el dinero robado por las comisiones, los pisos y los salarios de las prostitutas… sale de contratos financiados con dinero público. Por eso, la crisis de corrupción es mucho más profunda que lo que quieren hacernos creer. La banda del Peugeot es el vehículo lanzadera de la caravana de la mierda política de España. El PSOE está al frente y lo acompañan todos los partidos del lado del muro que levantó Sánchez en su investidura. Los socios de legislatura han pasado a ser  partícipes de la corrupción porque todos ellos han recibido beneficios directos —políticos, judiciales y/o económicos— de la acción corrupta del gobierno de Pedro Sánchez. 

Nadie entendía cómo podía ocurrir todo lo que pasaba. Hoy es fácil entenderlo. La banda corrupta del Peugeot está formada por los cuatro responsables, el jefe y los emisarios, de los acuerdos con cada socio de legislatura. Todo valía y todo podía hacerse porque cualquier límite político o legal que respetaran dejaba a Sánchez, Ábalos, Santos y Koldo sin sus beneficios en poder, influencia, dinero y putas. Mientras todos los dirigentes y diputados de Junts, Esquerra, el PNV, EH Bildu y Sumar no rompan con Pedro Sánchez serán parte activa del sanchismo, la casposa, repugnante y pestilente corrupción global. De la corrupción todos han sacado beneficio.

Por la corrupción se han liberado y blanqueado terroristas. Por la corrupción la amnistía pasó de ser inconstitucional e imposible el día 22 de julio a ser constitucional el día 23. Los votos de Junts eran imprescindibles para que Sánchez siguiera en el poder y para que el negociador pudiera seguir robando y follando. Cándido Conde Pumpido, una vez conocidas las motivaciones de Cerdán, ya no debería poder obrar el milagro de la constitucionalidad de la Ley de Amnistía sin caer en la corrupción de la banda del Peugeot. Pumpido y los que apoyaran las tesis de la ponencia estarían prevaricando al tomar a sabiendas una decisión injusta. Todos los argumentos políticos y sociales se han desmoronado por los beneficios directos que esa ley supone para Pedro Sánchez, Santos Cerdán, Ábalos, Koldo y Junts.

Sánchez solo puede dimitir e irse. Su dolor es tan falso que recurrió al maquillaje.  Trampantojo. Su dolor es tan falso como eso de que no sabía nada. No cumplió con ninguno de los tres pasos imprescindibles que hay que abordar en una crisis para intentar recuperar la credibilidad y la reputación. El primero es pedir perdón sin atenuar con ningún ”pero”. No lo hizo. El segundo es asumir un coste personal real por el daño causado. Se lo preguntó Fernando Garea y no asumió ninguno. Y tampoco aportó nada al tercero que es presentar medidas radicales que eviten que lo ocurrido vuelva a suceder. Sigue él con el mismo gobierno y la misma organización. 

«Él es ‘el uno’ y el ‘puto amo’ de la banda. Sánchez lo sabe todo porque conoce muy bien a sus compañeros de viaje en el coche y en la política»

Pedro Sánchez está haciendo una gestión absolutamente errónea de la situación. Ha otorgado veracidad absoluta al informe de la UCO sin saber cuántos informes más van a aparecer y qué van a decir. La UCO es la misma institución que hizo los informes sobre su mujer, su hermano y su fiscal. Hasta ahora la UCO era un ente de la fachosfera merecedor de la calumnia y la difamación, por parte de los ministros y la portavoz, apoyándose en el bulo de la bomba lapa creado por la fábrica de fango de El Plural. Pedro Sánchez ha roto su norma por la cual los informes de la UCO, la imputación de delitos e incluso la apertura de juicio no eran motivo suficiente para asumir ninguna responsabilidad. Todo lo contrario. Apoyo máximo para su mujer, su hermano y su fiscal. Hasta ahora la norma era anteponer siempre la presunción de inocencia a la certeza de la evidencia.

Pero con este informe de la UCO, sin necesidad de sentencia y juicio, Sánchez ha exigido a Santos Cerdán la renuncia al partido y al escaño. Del primero se ha ido. Lo del acta ya es otra mentira de Sánchez. ¿Por qué estas medidas tan contundentes? ¿Por qué este cambio de criterio? Porque Sánchez tiene que separarse y distanciarse de su realidad. Porque tiene que tapar rápidamente su responsabilidad. Él es “el uno” y el “puto amo” de la banda. Sánchez lo sabe todo porque conoce muy bien a sus compañeros de viaje en el coche y en la política. Por eso, cesó en su día a Ábalos como ministro y como responsable del partido. Pero por ser parte de la banda no le quedó más remedio que volver a meterlo en las listas y a aforarlo como diputado. El silencio tiene un precio. Pedro Sánchez nombró a Cerdán, por ser de la banda, como sustituto de Ábalos para controlar el partido. Y por ser de la banda, cuando los rumores de corrupción eran un ruido ensordecedor, en el Congreso en Sevilla del PSOE en vez de sustituirlo lo ratificó. ¿Por qué? Porque Pedro, Santos, José Luis y Koldo son la banda del Peugeot. Esa que antes de llegar al poder ya tenía el fraude, la trampa y la corrupción como norma de conducta. Así lo atestiguan los mensajes vinculados al fraude en las primarias del partido. Sólo los corruptos e indecentes —da igual que sean políticos o presuntos periodistas— son capaces de decir que las primarias del PSOE que eligieron a Pedro Sánchez fueron legales y legítimas. No es un problema cuantitativo, es cualitativo. Está grabado que Cerdán ordenó a Koldo meter dos votos fraudulentos —“sin que te vean”— en las urnas. ¿Cuántos más votos fraudulentos metieron en las urnas los de Sánchez que no fueron grabados? Qué más da. El fraude es fraude desde que se mete un voto fraudulento. Y las primarias de Sánchez lo fueron.

Anunciar una auditoria de las cuentas del partido es reírse de la ciudadanía. ¿Va a ser como la que hizo Óscar Puente en el ministerio de Ábalos, cuando concluyó que todo había sido correcto y conforme a derecho, habiendo contratado a prostitutas, que no iban a trabajar, y llevando en los viajes oficiales del ministro a la asistente sexual de compañía? ¿Va a dar el mismo resultado que la que hizo Rajoy en el Partido Popular? Todo el mundo sabe que la financiación ilegal de los partidos, recogida en la contabilidad B, nunca figura en las cuentas del partido. Por eso, el Tribunal de Cuentas, el auditor y cualquiera que revise las cuentas siempre certifica que son correctas. ¿Por qué no le ha hecho una auditoría al patrimonio y cuentas de su mujer y su hermano? También tienen informes de la UCO. La corrupción sí que va con Sánchez.

Cada día que Pedro Sánchez siga en la Moncloa su corrupción, que es la de Cerdán, Ábalos y Koldo, es la de todo su gobierno —Sumar también— y la de todos los diputados del PSOE. La corrupción de Cerdán es la de todos los diputados y dirigentes de los partidos políticos del pacto de investidura. No hay excusa, no hay otras medidas, ni nuevo marco. Sólo cabe que sea el pueblo español el que con su voto dirima la responsabilidad política de esta repugnante corrupción política, económica y sexual que, protagonizada por unos pocos, mancha a todos los que apoyan a Pedro Sánchez.

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