The Objective
Tadeu

El cerdanismo ha muerto, pero aún no el sanchismo…

«Antes del registro en Ferraz del viernes, un camión evacuó cajas cuyo contenido hasta un niño adivinaría. Alguien avisó. La UCO, confiada, llegó tarde…»

Opinión
El cerdanismo ha muerto, pero aún no el sanchismo…

Ilustración de Alejandra Svriz.

¿Es tan grave la situación como la pintan? La semana próxima podría superar en tragedia a esta, si las declaraciones de Koldo y Ábalos los conducen a prisión preventiva o confirman la financiación ilegal del PSOE. 

Antes del registro en Ferraz del viernes, un camión evacuó cajas cuyo contenido hasta un niño adivinaría. Alguien avisó. La UCO, confiada, llegó tarde pero clonó cuanto pudo del ectoplasma Cerdán, quien deberá declarar ante el Supremo al otro lunes, previsiblemente a la contra de sus antiguos compañeros trapisondas.

Sánchez, políticamente amortajado, físicamente cadaverizado, simula resistencia: sabe que esta vez el cerco aprieta por dentro y por fuera. Quienes hoy lo defienden, cada vez con menos ardor, podrían abandonarlo mañana, como ya hicieron con Ábalos, como ahora con Cerdán. 

Gracias a que hay todavía jueces y guardias civiles en «Berlín-Madrid», subsisten algunas certezas institucionales. La trama, extensa y pegajosa, se despliega por contratos públicos, empresas participadas, directivos untados y funcionarios del sanchismo afines o enchufados del partido. Sin ellos, el engranaje no habría funcionado. Las lágrimas de Chivite eran más autobiográficas que éticas.

En esta Tangentópolis castiza (versión Torrente), solo falta que salten por los aires fiscales y policías. 

Por azar o por reparto natural, los casos más sensibles han caído en manos de jueces independientes, con unos enfoques sustentados por una UCO impermeable al marlaskismo (todo se paga en esta vida). Nadie cree que la autodenominada periodista de investigación actuara por libre. 

Leire Díez, de momento, se limitaba a buscar algún kompromat tipo soviético. No había contratado sicarios, aunque el instinto era ese. No era una francotiradora: cumplía órdenes. Su papel, neutralizar a la UCO con dosieres sucios sobre sus agentes, o los fiscales y jueces considerados hostiles. No lo consiguió.

Pero la batalla sigue siendo desigual: el aforado Cerdán, por su parte, se debió de pasar, supuestamente, el fin de semana no precisamente en misa: entre destructoras de papel, memorias USB voladoras y llamadas cifradas, estaría intentando evaporar los rastros de una trama en la que todo apunta a él como gerente general del latrocinio.

Ábalos, en cambio, se dejó registrar encantado en Valencia y en buena compañía. Nadie duda que la memoria escondida por esta última debajo de sus pantalones.

¿Durará Sánchez hasta San Juan, hasta el ferragosto, hasta la rentrée? Sus escuadrones mediáticos ya lo abuchean. Le piden dimisión o elecciones. Solo le queda RTVE, baluarte del sanchismo químicamente puro. ¿Caerá matando? Seguro; la incógnita es el alcance de su masacre.

La serie continúa, pero no habrá siguiente temporada.

Coda 1) Justicia poética. Merece no olvidarse que Carmen Calvo le espetó a Ketty (en su día totalmente sola en sus investigaciones sobre por qué fue destituido Ábalos) que lo que estaba contando y documentando era «una mentira grande como la catedral de Burgos…».

Y luego están esos cientos de periodistas abajo –pero que muy abajo– firmantes que se sumaron, apenas hace un año, a un llamado Manifiesto (qué degradación semántica) en apoyo de Sánchez frente al «golpismo mediático» (sic de sic).

Las figuras y los figuras Silvia Intxaurrondo, Maruja Torres, Rosa Villacastín o Jesús Maraña, Ana Pardo de Vera, Rosa María Artal, Gerardo Tecé, Javier Valenzuela o Miguel Mora…

Aquí la lista interminable de la vergüenza de esta milicia sanchista.

Coda 2) Labari que te vi. Nuria Labari, por su parte, había escrito en El País, hace menos de dos meses: «Porque ser ‘un hombre profundamente enamorado’ no es solo una pose radical, sino la lógica coherencia con la legislatura de Sánchez, que se ha dedicado a empatizar con todos: nacionalistas, prófugos y demás fauna. Su amor profundo es, en realidad, el huracán empático que ha destruido los cimientos sobre los que la derecha se tambalea…».

Ahora, después del terremoto machista, no tiene empacho es soltar lo siguiente:

«El presidente del Gobierno (un padre, un amigo, un novio, un jefe) nos explica lo muchísimo que lo siente, lo difícil que es la situación para él y nos avisa, ya de paso, de que la mejor forma de arreglarlo es que confiemos en él. Porque, si no lo hacemos, será peor para nosotras. Y así, casi sin enterarnos, saltamos del perdón al chantaje. La amenaza de Sánchez es evidente: si no me apoyáis vendrá la derecha. Y eso, lo sabemos todas, es aún peor para las mujeres».

Coda 3) ¿El que pierde gana? Ya nadie duda que Trump estaba al corriente del ataque de Netanyahu a Irán, mientras sigue pidiendo que cesen las hostilidades y va desviando los misiles iraníes en dirección a Israel; y planea cómo coadyuvar a acabar con las veleidades atómicas de Teherán para los próximos veinte años. A Irán, al que nada le importa su pueblo (botón: sacrificó a un millón en su guerra con Irak hace cuarenta años en el altar del mismo Alá que el del otro bando) cederá con tal de mantenerse en su tiránico poder. Conviene a todos que el régimen de los infames mollahs asesinos no caiga y suba al poder a saber qué insurgencia. Una vez más se pierde la oportunidad de que se cumpla por fin el “Mujer, vida, libertad”. 

Coda 4) Resiliente. Boris Cyrulnik, el neuro bestselleriano, es como el otro anciano sabio, Noam Chomsky: uno de los bobos más inteligentes del mundo: entre memez y memez, una lechuga.

En esta entrevista-promo de su nuevo libro diserta sobre el concepto de resiliencia (del que ha sido el principal divulgador), tan desvirtuado como desgastado (hasta Irene Lozano pudo haberlo utilizado para su Manual de resistencia teflónica de Sánchez…). Para resilientes, él.

Pero donde brilla mejor su memez es cuando pondera lo bien que hacen los jóvenes españoles, a diferencia de los pobres franceses, en tomarse un año sabático (¡Como si sólo fuera un año!)

Y aprovecha, cómo no, para volver a sacar a pasear aquella antigualla anticientífica de que sobreproteger a los hijos no es bueno. Cuando el problema no es la sobreprotección sino el hasta cuándo. Por eso hizo bien el redimido biólogo Carlos López Otín (que sufrió una cancelación demencial y demenciada) en pedirle al Rey que su recién otorgado marquesado del Castillo de Lerés no puedan heredarlo el día de mañana sus hijos. (Y no era una alusión personal al monarca).

Conversación maldita:

-Jefe José Luis, ¿qué cojones vas a declarar el lunes?

-Que yo era un hombre profundamente enamorado.

-¿De Santos?

-No, tarugo: ¡enamorado del partido…!

-Bien visto, jefe. Y yo enamorado de la luna… ¿eh?

-Tú calladito estás más mono… Y ponte corbata.

-Hecho, jefe. ¿Y qué crees que dirá Santos al otro lunes?

-A tomar por culo.

-¿Quién?

-Quién qué…

-A tomar por culo quién…

-El uno.

-¿Cuál uno: el bobo o el guapo?

-Joder, tarugo. No hablar, y punto… Como dice quién sabes.

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