El señor de los aranceles
«A lo largo de la historia se ha puesto de manifiesto que los políticos proteccionistas han limitado la capacidad de desarrollo y crecimiento de los países»

Ilustración de Alejandra Svriz.
La política económica de Donald Trump tiene aspectos muy positivos que deben favorecer la actividad económica. La política energética de impulsar la producción de petróleo y gas natural mediante la técnica del fracking, garantiza un suministro propio a bajo coste, y reforzada por su impulso a la energía nuclear. Asimismo, hay que aplaudir las limitaciones impuestas a las restricciones medioambientales vinculadas a la agenda 2030 y a la cultura woke que incrementan los costes de producción y reducen la competitividad de las empresas. De igual modo, la bajada selectiva de impuestos, que pudieran dinamizar la actividad económica y, por tanto, la propia recaudación, puede favorecer la localización de producción empresarial.
Respecto a la política de reducción necesaria del gasto público ha surgido la polémica con Elon Musk respecto a las características de esta. En cualquier caso, es imprescindible reducir el alto déficit público, un –7,2% del PIB y la deuda pública que representa el 120% del PIB; por lo que cualquier medida en sentido contrario representaría un grave error.
Sin embargo, su política proteccionista fundamentada sobre todo en la elevación de los aranceles es perversa. El objetivo inicial es el favorecer la producción nacional, el empleo y garantizar la cobertura de los sectores estratégicos con independencia del exterior. Asimismo, pretende reducir el déficit comercial norteamericano que el pasado año supero los 1,2 billones de dólares, lo que representa el –4,2% del PIB. Estos mismos principios, ya los puso de manifiesto Antonio Cánovas del Castillo, en 1890, en su obra: De como he venido yo a ser doctrinalmente proteccionista. La experiencia histórica nos permite conocer que las políticas proteccionistas generan efectos nefastos.
El pasado 2 de abril, día que denominó de «La Liberación», Donald Trump anunció una serie de aranceles para la mayor parte de los países del mundo, diferentes en función de una fórmula discrecional y muy poco técnica que denominó «aranceles recíprocos». Desde ese momento, ha modificado reiteradamente el nivel de éstos, de una manera absolutamente arbitraria y carente de argumentos científicos. En un principio, su solo anuncio provocó fuertes caídas en los mercados bursátiles y en los de deuda, lo que llevo al establecimiento de una moratoria de 90 días que vence a principios de julio.
El fuerte aumento de la incertidumbre y del riesgo regulatorio ha provocado ya una importante salida de capitales de Estados Unidos lo que ha debilitado el dólar, frente a la apreciación que provocó el triunfo electoral de Trump en noviembre pasado. El debilitamiento del dólar es probablemente un efecto buscado por la actual administración republicana.
«La OCDE ha reducido las perspectivas de crecimiento en 2025 de EEUU en seis décimas, para situarlo en el 1,6%»
La OCDE estima que el comercio internacional se puede deteriorar en un punto y que la economía mundial podía crecer un 2,9% este año, 0,2 puntos menos de lo previsto antes de la política arancelaria.
Pero sin lugar a dudas, el país más perjudicado es el propio Estados Unidos. «El proteccionista en el pecado lleva la penitencia», que verá cómo se puede incrementar el IPC hasta el 4% según algunas estimaciones, por el incremento de costes de las importaciones y por el propio recorrido al alza de los precios internos. Con estos efectos, se reduce el poder adquisitivo de los ciudadanos norteamericanos, y también la competitividad de sus empresas, lo que incidirá negativamente en sus exportaciones y consecuentemente en el empleo y en el crecimiento. De hecho, la OCDE ha reducido las perspectivas de crecimiento en 2025 de Estados Unidos en seis décimas, el triple que, para la economía mundial, para situarlo en el 1,6%.
La Reserva Federal norteamericana, a pesar de esta desaceleración, ha mantenido sus tipos de interés, situados en el 4,25%-4,50%, preocupada por el posible repunte inflacionista.
A lo largo de la historia se ha puesto de manifiesto que los políticos proteccionistas han limitado la capacidad de desarrollo y crecimiento de los países.
«En España, el aislamiento se intensificó durante la autarquía entre 1939 y 1959»
Desde la derogación de la base 5ª del Arancel Liberal Figuerola, en 1875; cada vez que ha existido un problema de competitividad en España, en lugar de resolverlo, se incrementaba la protección, como el arancel Combo de 1922. Además, el aislamiento se intensificó durante la autarquía entre 1939 y 1959 que provocó graves desequilibrios internos, y un gran empobrecimiento relativo respecto a los países del entorno.
En Estados Unidos, en el año 1930 se estableció el arancel Hawley-Smoot que desencadenó una gran guerra comercial a nivel internacional por las represalias que se produjeron, y que al final provocó un hundimiento del comercio exterior norteamericano tanto de exportación como de importación; lo que agravó enormemente la gran depresión.
Asimismo, en los años 70 del pasado siglo, la política de «Sustitución de Importaciones» impulsada por la CEPAL, para favorecer el desarrollo de los países Iberoamericanos, provocó la denominada «Década pérdida», puesto que fue en contra del progreso de estos.
Sin embargo, el libre comercio internacional puede ser un ejercicio de suma positiva, en el que no haya vencedores ni vencidos; sino que todos se pueden beneficiar. La teoría de David Ricardo de las Ventajas Relativas del Comercio pone de manifiesto que, si cada país se especializa en producir aquello para lo que es más competitivo, si comercian todos salen ganando
«España comenzó su desarrollo con la apertura exterior que representó el Plan de Estabilización de 1959»
La realidad empírica lo demuestra claramente. España comenzó su desarrollo con la apertura exterior que representó el Plan de Estabilización de 1959, y lo reforzó con el aumento de la competencia y del comercio que supuso la incorporación a las Comunidades Europeas y posteriormente a La Unión Monetaria.
Asimismo, la firma del GATT en 1947, significó la reducción de aranceles entre la mayoría de los países occidentales, sobre todo favorecida por la cláusula de «la nación más favorecida», impulsó el comercio internacional y el crecimiento económico mundial de los años 50 y 60 del siglo pasado.
También el desarrollo de los dragones asiáticos y de los países en desarrollo se ha producido a través de una economía abierta sustentada en el aumento de las exportaciones y de las importaciones.
Es sorprendente que Donald Trump haga caso a su asesor para estos asuntos, Peter Navarro, de origen español, que posiblemente ha sido confundido por la obra de Cánovas del Castillo, pero parece que no estudió las consecuencias de esta sobre nuestra economía.
Como afirma Friedrich Hayek: «Los efectos negativos del arancel se extienden sobre un gran número de personas y los beneficios se concentran en un grupo pequeño, uniforme y fácilmente identificable».