He llorado al verte, Pedro
«Señora, puede que usted esté mal, pero ¿no ha escuchado al presidente? Lo dijo él mismo, el corazón tocado. A mí, no le engañaré, se me quebró algo por dentro»

Ilustración de Alejandra Svriz.
Señora, ¿pero qué dice? Cómo puede usted atreverse a pronunciar que lo está pasando mal. Pero no tiene decencia, o qué. No venga ahora a decirme que llenar el carrito de la compra cada vez es más difícil. Que los precios suben y los sueldos andan estancados, ya, ya, pues compre barato, mujer, es que si nos vamos a las marcas buenas, claro, eso vale un precio. No, ahora me dice, envalentonada, que su hijo se ha tenido que marchar fuera de España para que su curro se lo paguen decentemente. Y pueda comprarse un piso. Esas cosas ya pasaban con Rajoy, ¿o no tiene memoria? Quizá es que igual votaba al PP, y eso se lo calla. No, si ya sabemos cómo funciona esto.
Qué está mal, me comenta la señora. No solo se queja de la compra o del crío que tiene que emigrar a Centroeuropa, ahora me viene con que este verano el aire acondicionado no lo puede poner porque no le llega el sueldo. No verá las noticias, supongo. Ah, bueno, claro, verá a la fachosfera, todo bulos, todo fango. No sabe que España acaba de superar en PIB per cápita a Japón. ¿Lo ha oído bien? Sonría, mujer, alégrese por su país. Eso es lo que se quieren cargar los buleros, el éxito económico del Gobierno. Ah, que ahora se me queja porque piensa que paga muchos impuestos y no nota mejoría alguna en los servicios públicos. Que la cita para la operación de rodilla la tiene dentro de 11 meses, y va en coche mejor que en AVE, porque al menos llega a su hora. Usted, perdone que se lo diga, es una facha.
Encima que nuestro presidente acude a la OTAN y se planta ante Trump. Pone pie en pared contra el fascismo, y dice no al 5% en defensa. Encima viene usted y me dice que eso fue un teatrillo, que acabó firmando lo que todos. Mire, no. Aquí bulos no. España es el faro de la democracia y usted no se entera. Parece mentira que no sepa lo mucho que cuesta conquistar nuestros derechos, y lo fácil que será, con la derecha -y la extrema derecha- en el poder, que nos quiten lo que tantos hemos sufrido para lograrlo. ¿Acaso es consciente de lo que sería este país si lo gobernase Feijóo? ¿Se ha parado por un momento a pensar lo que pasará con las pensiones o con los servicios públicos? «Nada», me dice, por favor. Ah, que encima quiere elecciones. Sí, dos años con los presupuestos prorrogados ¿Y del novio de Ayuso usted no dice nada? Que no le parece qué tiene que ver aquí Ayuso, ajá. Tiene que ver todo, porque la derecha es Ayuso, es Aznar. La derecha es el mal. Son malas personas.
Pide elecciones, claro, para que el pueblo se equivoque y vote a los malos. Elecciones para que haya alternancia política, no me haga reír. No es no. Y ni un paso atrás ante el acoso y derribo de la derecha política y mediática. Porque si atacan al PSOE, en realidad, atacan nuestros derechos. Es un ataque al avance social. Es el deseo que tienen ellos de retornar a la España en blanco y negro. Qué vuelva Franco en el año Franco, o algo así. Ha habido errores, es cierto. Como dice el presidente, no existe la corrupción cero, y en Ferraz se ha actuado desde el primer momento en que el PSOE, con la pequeña ayuda de unas 490 páginas del informe de la UCO, detectó a los presuntos corruptos. Y eso de que la UCO llegó a entrar en Ferraz, otro bulo más. Fue un requerimiento, la diferencia es bastante clara.
«Pedro no es ese tipo frío que no confía en nadie de su entorno, que es capaz de usar a su esposa de parapeto para montar un ‘show’»
Señora, puede que usted esté mal, pero ¿no ha escuchado al presidente? Está tocado. Lo dijo él mismo este sábado, el corazón tocado. A mí, no le engañaré, se me quebró algo por dentro. Pedro es humano, no es ese tipo frío que no confía en nadie de su entorno, que es capaz de usar a su esposa de parapeto para montar un show sobre si seguir en el cargo, ni tampoco ha ido purgando de los puestos del partido a todos los que no le bailaran el agua. Es humano, de carne y hueso. Ha mostrado sus sentimientos. Si su corazón está tocado, presidente, imagine el mío al verle. Fue usted quien confió en esas personas, fue usted quien los introdujo en el poder del gobierno y del partido, con esa bondad tan propia de su persona, les dio un lugar privilegiado. Y así se lo pagan. Qué desagradecida es la gente. Escribo esto mientras brotan de mis ojos unas lágrimas. Como le pasó a Almodóvar, ando llorando como un crío. No te merecemos, Pedro, no somos un pueblo digno para que nos gobiernes. Perdónanos.