The Objective
Fernando Savater

28 años no son nada

«Los socialistas algo decentes no deberían perdonar a Sánchez su complicidad con los separatistas, al recordar a sus compañeros muertos por defender la Constitución»

Opinión
28 años no son nada

Alejandra Svriz

La primera vez que leí aquello de “cuando de todo ya hace veinte años” me pareció una exageración. Por entonces solo me resultaba probable que hubiesen pasado como mucho diez añitos… Ahora veinte años me parece que apenas son algo más que nada: casi todo lo que cuenta para mí sucedió hace treinta o cuarenta. Por ejemplo, del asesinato de Miguel Ángel Blanco, el joven (ya para siempre) concejal del PP en Ermua, han transcurrido veintiocho años. Toda una vida, un año menos de los que él tenía al morir. La fundación que lleva su nombre ha convocado actos de homenaje, algunos de los cuales han despertado polémica. Merece la pena repasar la cuestión para darnos cuenta de las contradicciones de “hacer memoria”.

La convocatoria oficial de los actos se ha realizado bajo el lema “Somos memoria”, que para algunos no incluía más que recordar lo ocurrido y lamentarlo. Esta disposición no exige condenas retrospectivas ni sacar conclusiones sobre la actualidad política de nuestro país. Basta con asistir poniendo cara de circunstancias, lo mismo si eres miembro del PP como si militas en EH Bildu. A mí esto no me parece “memoria” histórica, ni democrática, ni siquiera psicológica, es sencillamente un acto de hipocresía convencional como el de quien se viste de luto y se compra un pañuelo para secarse los ojos mientras se dirige a la notaría a recibir su herencia. No todo el mundo se conformó con este paripé. En la concentración de Vitoria, Daniel García, presidente de Nuevas Generaciones del PP alavés y alcalde de Labastida, arremetió contra los separatistas: “EH Bildu ha continuado con la exclusión y odio de ETA hacia España”. Estas palabras, impecablemente ciertas, han provocado la discreta retirada por el foro de los dos bildutarras que tuvieron el descaro de asistir. En Burgos se leyó un manifiesto en el que se decía que “los testaferros de ETA tienen más poder político que nunca porque el Gobierno de España ha pactado con ellos para mantenerse en el poder”, una verdad incontrovertible que indignó a los socialistas presentes, porque ya sabemos que los miembros de esa formación política son incompatibles con la verdad. En el homenaje en Valencia hubo polémica entre gente del PSOE con el PP, acusándoles de utilizar el dolor de las víctimas para atacar al rival. Les parece que utilizar el recuerdo de ETA para condenar el conchabamiento de los socialistas con Bildu es de mal gusto, como mencionar en el Parlamento los burdeles de los que sacaba buen dinero el suegro de Sánchez para mantener a la familia (apoyarse en los exetarras es mucho peor que vender putas, claro). Los que no deberían perdonarle al repugnante Sánchez su complicidad con los separatistas son los socialistas algo decentes, que no muchos, pero los hay, al recordar a sus compañeros muertos por defender la Constitución y la unidad de España.

«Homenajes a los que fueron asesinados por ETA que no incluyan denuncias explícitas a los herederos y actuales rentistas del terrorismo son burlas, no homenajes»

Homenajes a los que fueron asesinados por ETA que no incluyan denuncias explícitas a los herederos y actuales rentistas del terrorismo son burlas, no homenajes. ¿Por qué creen ustedes que solo en un mínimo de escuelas del País Vasco, Cataluña y Valencia hay interés en enseñar a los neófitos qué fue la plaga terrorista y quienes se beneficiaron y se benefician de sus fechorías? Porque hay a quien le interesa que no seamos memoria, con toda la responsabilidad fundada en ella, sino calculado y provechoso olvido.

Publicidad