The Objective
Ricardo Dudda

Sánchez y el efecto Mateo

«España es un país de propietarios. Un 75% del país tiene una o más viviendas en propiedad. Ese porcentaje supera el 90% en mayores de 65 años»

Opinión
Sánchez y el efecto Mateo

Ilustración de Alejandra Svriz.

¿A quién le importa la libertad de prensa? Ni siquiera a todos los periodistas. Cuando el gobierno anunció hace meses que regularía el acceso al Congreso a periodistas díscolos, buena parte del gremio, sobre todo el más cercano al oficialismo, se alegró: pensaban que a ellos no les afectaría. Ahora que se ha concretado esa reforma y que parece mucho más restrictiva de lo que esos periodistas pensaban (no consiste solo en impedir entrar Vito Quiles al Congreso, sino que limita mucho el acceso a los medios pequeños), la cosa cambia. Con la boca pequeña y con muchísimo cuidado de no ofender al líder, algunos se quejan de que, bueno, en fin, quizá no es la medida más óptima del mundo. 

En España las leyes son ad hoc. Importa el quién y no el qué. Han sido específicamente ad hoc de cara los nacionalistas, sobre todo en las últimas legislaturas: el PSOE intentaba vender privilegios para unos pocos como una victoria para todos. El particularismo en realidad es universalismo. El cupo catalán nos beneficiaría a todos, la condonación de la deuda catalana nos beneficiaría a todos, la reforma de los delitos de malversación para beneficiar a los independentistas procesados también nos beneficiaría a todos, porque nunca se sabe cuándo se te va a ocurrir la idea de robar dinero público para montar un golpe de Estado.

Las leyes también han sido ad hoc de cara a los pensionistas. A todos nos benefician las subidas de las pensiones por encima del nivel de vida medio. A todos nos beneficia que la población no productiva sea la que tiene la mayor renta per cápita y la capacidad de consumo más alta. Como llegó incluso a decir en una ocasión María Jesús Montero, ayudar a los pensionistas era también ayudar a quienes dependen de ellos: sus hijos, sus nietos. Es una lógica de Estado fallido, improductivo, quebrado.

Cuando Pedro Sánchez dice, como dijo el otro día en su entrevista con Pepa Bueno, que esta será la legislatura de la vivienda, hasta sus mayores partidarios saben que eso es mentira. España es un país de propietarios. Un 75% del país tiene una o más viviendas en propiedad. Ese porcentaje supera el 90% en mayores de 65 años. El problema de la vivienda no lo tienen los pensionistas. Y son los pensionistas los que votan. La vivienda no se va a tocar. ¿Qué vais a hacer, jóvenes? ¿No votarme? Al menos no gobierna la derecha. 

Sánchez se ata siempre a los mástiles que le permiten permanecer en el poder. Uno principal son los nacionalistas. Otros son los pensionistas. Ambos son grupos privilegiados y, a menudo, insolidarios. Y a ellos busca privilegiar más aún. Sánchez se dice progresista, pero es el presidente que mejor ha perfeccionado en España la lógica del Efecto Mateo: «a cualquiera que tiene, se le dará, y tendrá más; pero al que no tiene, aun lo que tiene le será quitado». 

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