The Objective
Román Cendoya

Sánchez, desgastado autócrata

«España tiene un Gobierno que se mantiene interviniendo el país con unos presupuestos que no corresponden a la mayoría elegida»

Opinión
Sánchez, desgastado autócrata

Alejandra Svriz

Septiembre ha comenzado escenificando la profunda crisis institucional, política, económica y social que padece España bajo la presidencia del desgastado autócrata Pedro Sánchez. La situación del país es directamente proporcional a la imagen con la que el presidente ha regresado a la actividad. En vez de aparecer descansado y con buen aspecto, se ha presentado demacrado, con aspecto enfermizo, locoide y desgastado.  

El mes encerrado en La Mareta le ha servido para pergeñar cómo lograr su objetivo vital: mantenerse en el poder para salvar su posición e intentar gestionar toda la corrupción que tiene en su familia y alrededor. Ha decidido pervertir todas las instituciones.

Arrancó el curso con la utilización autocrática de la televisión pública. Un cortijo cerrado copado por el equipo de opinión sincronizada. Toda una piara de mercenarios amanuenses que, en régimen de jornada completa, se dedican a manipular, mentir y servir a la propaganda del régimen sanchista. Grandes aspavientos de progresismo ético protagonizado por mercenarios que cobran del dinero de todos. Incluso del de los millones de ciudadanos a los que insultan y vejan. Y en su podredumbre moral se autoproclaman progres.

La entrevista —un masaje felación con final feliz— que propició Pepa Bueno no fue otra cosa que una secuencia de aparentes preguntas que daban pie a la divulgación del relato de Sánchez. Un cúmulo de mentiras, fango, pseudoverdades y ataques directos a todos los que no apoyan su régimen. Ni una repregunta, ni una corrección, ni un “no me ha contestado a la pregunta”. Una falsa entrevista que puso en evidencia lo que es una malversación de fondos públicos y la sucia utilización de la televisión pública al servicio del interés del autócrata y su régimen. Igual o peor que con Franco, pero en color.

En la víspera del inicio del año judicial, como siempre con cobardía extrema, Sánchez acusó a algunos jueces de “hacer política”. No dio nombres y apellidos para que no puedan denunciarlo. Tiró la piedra de la prevaricación y escondió la mano. Sánchez, con su declaración, condicionó el inicio del año judicial. Su procesado Fiscal General del Estado, Álvaro García Ortiz, arrancó la intervención con un lapsus linguae de inicio de discurso. Su credo en la justicia fue otro acto de mentira pública. Si creyera y respetara la institución, haría meses que habría renunciado a su condición de fiscal general del Estado. Como no cree en nada de lo que dijo, okupa el puesto para, lejos de cumplir con su función, ejercer de abogado defensor de Pedro Sánchez y toda su corrupta familia, trabajando para el régimen. No para el Estado.

El fiscal procesado afirmó que: “resiste a los embates de los delincuentes”. Él es un presunto delincuente. ¿A quién se refería con su resistencia a “los embates de los delincuentes”? ¿A los jueces que lo investigaron? ¿A los que van a juzgarlo? Los jueces son los que comprobaron que él eliminó todas las pruebas de su delito —como cualquier delincuente— usando el argumento de someterse a un falso protocolo de seguridad que no existía. Es repugnante ver a un procesado abrir el año judicial. Es la expresión propia de un estado autocrático —dictadura formal—. Las palabras “libertad, igualdad, para todos y todas” nunca han sonado tan sucias como en boca de García Ortiz. El plenario dejó en evidencia su situación con la ausencia, casi total, de aplausos al discurso del procesado. La cara de García Ortiz después de su discurso fue un poema. El reflejo de su realidad.

Fue Isabel Perelló quien defendió la democracia y la separación de poderes. Su discurso fue un mensaje al autócrata Sánchez y al ministro de justicia, allí presente, que quiere imponer una ley que supone la desaparición de la separación de poderes. Las frases fueron nítidas: “Resulta absolutamente inoportuno las críticas a la justicia desde los poderes públicos”. “[la] Imprescindible igualdad de los ciudadanos ante la ley”. “Cada cargo público es responsable de sus actos”. “Los jueces apliquemos la Ley con rigor, sin cesión a presiones externas”. “No recibimos órdenes ni instrucciones de nadie. Como proclama la Constitución, estamos sometidos al imperio de la Ley”. “Falta lealtad desde los poderes públicos”. Y fue rotunda cuando afirmó que: “La independencia judicial no es un privilegio de los jueces, es un derecho de los ciudadanos”. 

«Pedro Sánchez es la autocracia que maneja desde la tiranía»

España tiene un Gobierno que, desde que tomó posesión, se mantiene interviniendo el país con unos presupuestos que no corresponden a la mayoría elegida. No es una anomalía democrática, es la evidencia total de la ausencia de cultura democrática del presidente y su Gobierno. Pedro Sánchez es la autocracia que maneja desde la tiranía. Su conducta y condición le han hecho perder su posición internacional. El presidente sólo es útil para Zapatero y sus trapicheos al servicio de las dictaduras del mundo y para mantener los intereses comerciales de los lobbies que rodean a su familia y entorno.

El otro eje de inicio del curso es el odio contra Israel. La actuación de Sánchez es una muestra más del autócrata que confunde gobierno con Estado. En Israel hay mucha población que protesta y se manifiesta contra un gobierno que no los representa. Como en España. En Israel son muchos los que exigen parar la legítima respuesta contra la organización terrorista Hamás porque también consideran que ha derivado en un genocidio. ¿Qué son todos los ciudadanos y los familiares de los secuestrados que piden la paz y el regreso de los secuestrados? Judíos. Ciudadanos de Israel. Ellos sufren el odio de Sánchez y sus palmeros. En Israel hay protestas contra Netanyahu. En Gaza ni una contra Hamás. ¿Por qué? Porque serían asesinados por la organización terrorista. Es imposible que en las decisiones del presidente haya un criterio moral o ético. Sánchez odia a Israel porque su caída definitiva depende también del programa israelí “Pegasus” y el uso que se haga de las grabaciones realizadas por Marruecos.

Flaco favor le hace a la causa del pueblo palestino que en España el nazionalismo terrorista vasco y sus seguidores se pongan a la cabeza de su reivindicación. Ellos protagonizaron asesinatos de cientos de hombres, mujeres y niños. Ellos realizaron secuestros y provocaron el exilio de cientos de miles de vascos. El silencio que tantos guardaron ante ETA, su posterior blanqueo y el hecho de haberse convertido en sus socios políticos, desacreditan sus protestas. ETA y Hamás son parte de la internacional del terror. Y entre ellos se apoyan quitando legitimidad a la causa del pueblo palestino. Netanyahu no es Israel. Como Sánchez no es España.

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