The Objective
Carlos Padilla

Vox tiene lo que tuvo Podemos

«Los simples pueden seguir insistiendo en la misma tesis peregrina, ‘la chavalada anda muy desinformada’, pero la realidad no engaña, los sueldos no llegan»

Opinión
Vox tiene lo que tuvo Podemos

Ilustración de Alejandra Svriz.

Quizá fue más suerte que cálculo, pero Vox, para su propio interés futuro, acertó marchándose de los gobiernos autonómicos en los que convivía con el Partido Popular. El motivo que encontraron fue la negativa a acoger, en los territorios donde cogobernaban, un cupo de menores no acompañados. Habló Abascal de «invasión de la inmigración ilegal y de ‘menas’», y ordenó, con mano de hierro, retirar el apoyo parlamentario a los gobiernos de Extremadura, de Baleares, de Aragón, de la Comunidad Valenciana, de Castilla y León y de Murcia. Vicepresidentes obligados a dimitir. Tensión interna que acabó dando como resultado varias marchas, incluso alguno que desacató el mandato y se quedó, el caso de Ignacio Higuero, consejero extremeño de Gestión Forestal y Mundo Rural, que no se fue del gabinete de María Guardiola. Hasta que le han pillado este verano con el curriculum falseado.

Posiblemente, fue más suerte que cálculo, pero a Vox no le ha pillado la ola de incendios con ellos en el gobierno autonómico de Castilla y León o de Extremadura, como tampoco le sobrevino la terrible dana cuando el ejecutivo de Mazón actuó de una forma tan negligente. No pudo haber críticas a ningún consejero de Vox por la gestión del desastre, o si lo quieren decir de otro modo, por el desastre de gestión. Incluso Vox, fuera del gobierno murciano, ha podido este verano expandir en Torre Pacheco o Jumilla un discurso populista y facilón sobre los inmigrantes, en algunas palabras cargado de odio y no de reflexión. Se vive muy bien en la oposición, fuera de la gestión del día a día. Señalar con el dedo es un gustazo, y que te señalen siempre es un engorro.

Tan listo que se piensa que es Pablo Iglesias—que lo es—, en su mente infinitamente más sabio que Sánchez, Podemos acabó entrando al Gobierno de Sánchez y ahí fue cuando comenzó a cavar su tumba. Le pasó lo mismo a Yolanda Díaz, ella sí, sabedora de que su única utilidad actual es ser muleta del gobierno. Y que su sueldo depende de hasta cuando quiera aguantar el presidente. Esos socios de izquierdas comprometidos con la limpieza y siempre combativos con la corrupción, oé. Podemos empezó su sangría de fieles cuando se encontró con la realidad de gobernar. Una cosa es la pancarta, y otra distinta es el BOE. Los mítines en una plaza pueden ser bellos y hasta vibrantes, pero los consejos de ministros tienen pinta de ser fríos, densos, y poco entretenidos. Las decepciones no tardaron en llegar, porque los cielos no se asaltaron ni por consenso ni por asalto.

Los problemas siguen ahí, y peor, los problemas se han agravado. Que salgan los políticos del Congreso y hablen con los jóvenes, vean sus sueldos de miseria, pregúnteles cuánto pagan por una habitación, qué proyecto de vida tienen pensado, si se imaginan cobrando una pensión o mejor les cuentan otro chiste. Andan los jóvenes, aquí sí se puede hablar en líneas generales, muy hartos de los gobernantes de su país. Y decepcionados todos los que en su día confiaron en aquellos que gritaban «Sin casa, sin curro, sin pensión, sin miedo». En aquel momento, un grupo de profesores de políticas de la ‘Complu’ organizó la rabia, movilizó la rabia. La casta se convirtió en el enemigo a batir y les dieron a esos jóvenes un motivo por el que soñar con un país mejor.

Vox está en auge, todas las encuestan lo vienen diciendo. Y los jóvenes son sus más fieles partidarios. El barómetro de 40db para El País indica que, entre los ciudadanos de 18 a 24 años, Vox dobla en apoyo a los populares. Y tiene su mayor nicho entre los 25 y 34 años, 28,3% de apoyo. Esto es un cambio de tablero, beneficiados los voxeros por la ausencia de grandes errores en la gestión, básicamente porque apenas han gobernado. Los simples pueden seguir insistiendo en la misma tesis peregrina, ‘la chavalada anda muy desinformada, las fake news‘, pero la realidad no engaña, los sueldos no llegan, la vivienda es una quimera, tener un hijo un imposible, y el choque generacional irá cada vez a más. Vox tiene ahora lo que en su día tuvo Podemos, la esperanza depositada de miles de españolesahora entre millennials o Generación Z. Si el Gobierno quiere ahuyentar a Abascal, podría preocuparse, algún día, por los jóvenes. Puede que ya sea tarde.

Publicidad