La vuelta ciclista y la 'kale borroka'
«Sánchez no sólo ha elegido objetivos similares a los de comunistas como los de Sumar y Podemos, sino que ha optado por aplicar alguno de los métodos de ETA»

La Policía cargando durante las protestas de la Vuelta.
Hace siete años y cuatro meses, Sánchez, que contaba con un Grupo Parlamentario de sólo 84 diputados, entre los que ni siquiera se encontraba él, consiguió ser investido presidente del Gobierno del Reino de España.
Para eso tuvo que aliarse con los comunistas (disfrazados de Podemos) y con todos los golpistas, filoterroristas y racistas. Nunca podremos olvidar que fue Rubalcaba el que calificó a ese contubernio de Frankenstein.
En un primer momento, se pensó que Sánchez lo único que quería era el poder y que ni siquiera había prestado atención a los fines y los medios que sus aliados persiguen y predican.
Pero después de todo este tiempo, ya está meridianamente claro que Sánchez, que viene de un partido creado en los años setenta por los socialdemócratas europeos para hacer frente al comunismo, ha hecho suyos no sólo los fines de esos aliados, que le permiten volar en Falcon, sino también los medios. Eso sí, adaptándolos a sus intereses personales.
Lo acabamos de ver en la Vuelta Ciclista a España. Algunos pensarán que las protestas contra la presencia de un equipo israelí eran una respuesta espontánea de personas bienintencionadas, aunque no bien informadas, contra los ataques israelíes a los terroristas de Hamás, escondidos detrás de población civil en Gaza. Pero están profundamente equivocados.
«Todo esto tiene su origen evidente en los problemas procesales en que está metido Sánchez»
Todo esto tiene su origen evidente en los problemas procesales en que está metido Sánchez (su mujer, su hermano, sus hombres de confianza en el partido y su Fiscal General). Unos problemas procesales que este verano han dado un salto cualitativo, cuando se ha conocido el origen del dinero de la familia de su mujer y, consiguientemente, de él.
Ante una opinión pública que miraba asombrada y asqueada ese origen, Sánchez, siempre ayudado por los centenares de asesores que le pagamos en La Moncloa, ha tenido la idea de excitar el antisemitismo, que desgraciadamente subyace en muchos países de Occidente, también en España, y apoyarse en el islamoizquierdismo, que ya es uno de los ejes del comunismo actual, y presentarse ante el mundo como el gran defensor de la paz y el enemigo máximo de Israel, país, al que, sin cortarse un pelo, califica de genocida.
Israel, su religión y su cultura están en la base de la civilización occidental, que es, y cada vez está más claro, el objetivo a destruir por parte de los aliados de Sánchez y, ahora también, de él mismo.
Defender a Israel, la única democracia de Oriente Medio, de los ataques de los yihadistas y, muy importante, de esos neocomunistas como Sánchez y los suyos, es un deber moral ineludible de cualquier persona que ame la libertad.
«ETA articuló e impulsó la ‘kale borroka’, es decir, hacer irrespirables las calles para tener atemorizados a los ciudadanos»
Pero en su estrategia de atacar a Israel para que no se hable de él y de sus dineros, no sólo ha elegido objetivos similares a los de comunistas como los de Sumar y Podemos, sino que también ha optado por aplicar alguno de los métodos que ETA ha utilizado en el País Vasco para de facto hacerse con el poder. Esos métodos fueron, fundamentalmente, el crimen y el secuestro, a los que aún no ha llegado, aunque gobierna apoyado por los que aún no los han condenado. Pero ETA articuló e impulsó la kale borroka, es decir, hacer irrespirables las calles para tener atemorizados a los ciudadanos.
Y eso es, exactamente, lo que han hecho los que han atacado a los ciclistas de la Vuelta, la competición deportiva internacional más importante que este año se ha celebrado en España. Sin disimulos. Hoy sabemos que los instigadores y algunos de los protagonistas más activos de los episodios que han terminado por impedir el final de la Vuelta han sido especialistas en la kale borroka.
Y, mientras éstos cortaban calles y carreteras, y echaban chinchetas y clavos al paso de los mejores ciclistas del mundo, él, obsesionado por esa realidad que le acosa, que es el no poder salir a la calle sin que le recuerden de dónde le viene el dinero, toma la palabra el domingo para alabar la organización de las manifestaciones, que ahora sabemos que quienes estaban detrás y las organizaban eran expertos en la kale borroka, ya condenados por ello y entre los cuales está Ibon Meñika, que, además, está condenado por pertenecer a ETA. Y Sánchez aprovecha también para hacerse el líder del antisemitismo mundial. Y, encima, en nombre de todos los españoles.
Son ya muchas las gotas que desbordan el vaso de la indecencia de Sánchez y su Frankenstein, pero ésta es aún mayor que todas las anteriores.