The Objective
Fernando Jesús Santiago Ollero

Garamendi no me representa

«Hablar de sacrificios laborales desde un despacho, como si no existieran miles de autónomos y pequeños empresarios, es estar fuera de la realidad»

Opinión
Garamendi no me representa

El presidente de la CEOE, Antonio Garamendi. | Europa Press

No son pocas las veces que he repetido que las organizaciones empresariales en España se han vuelto reactivas, agazapadas, esperando a ver qué hace el Gobierno para entonces reaccionar con un comunicado tardío. Pero ahora ni siquiera eso: cuando toca estar, no están; y cuando aparecen, es para hacer declaraciones que hieren a trabajadores y empresarios por igual.

Las palabras de Garamendi estos días han indignado a la calle. Y con razón. Hablar de sacrificios laborales desde un despacho, como si no existieran miles de autónomos y pequeños empresarios que todos los meses luchan para mantener abiertos sus negocios, es estar fuera de la realidad.

Yo lo digo claro: a mí no me representa.

Y sé que no represento solo mi opinión: lo piensan también miles de empresarios que madrugan, que no saben si podrán pagar la nómina, que muchas veces retrasan su propio sueldo para no dejar atrás a su gente. Empresarios que no quieren trabajadores infelices, porque saben que una empresa sin equipo motivado no sobrevive. Empresarios que no piden imposibles: solo equilibrio entre esfuerzo, salario y sostenibilidad del negocio.

No se trata de negar los derechos laborales, ni de resistirse al progreso. No dudo del empeño, el compromiso y el esfuerzo de los trabajadores. Para los pequeños, su negocio es una familia. Cualquiera que esté en ese mundo, lo sabe. Por eso, lo que dice Garamendi, no me representa.

Pero hay que tener en cuenta que en un bar, en una tienda, en un taller, los márgenes son estrechos y cada reforma laboral tiene un coste que muchas veces se lleva por delante a la propia empresa. ¿Quién paga entonces el sueldo del trabajador despedido porque el negocio cierra? ¿Quién asume la frustración del autónomo que lo pierde todo?

Cuando la patronal habla en nuestro nombre debería hacerlo desde esta realidad. Pero no lo hace. Prefiere jugar al discurso fácil, a la ironía que alimenta titulares, aunque lo que deja tras de sí es el descrédito del conjunto del empresariado español.

Las pequeñas y medianas empresas no pedimos privilegios, pedimos comprensión. Pedimos un marco estable en el que podamos pagar salarios dignos, crear empleo y vivir con la tranquilidad de no sentirnos siempre en el alambre.

Por eso insisto: #GaramendiNoMeRepresenta. Porque quienes sí representan la verdadera economía de este país, la que da trabajo a más del 50% de los españoles trabajadores, son esos hombres y mujeres que abren cada mañana las persianas de sus negocios. Ellos son la voz real del empresariado. Y esa voz merece respeto.

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