Un Nobel de la Paz que no gusta a nuestra izquierda
«Pablo Iglesias ha comparado a María Corina Machado con Adolf Hitler. Que este tarado haya sido vicepresidente del Gobierno habla bien claro de adónde ha ido a parar la política española»

María Corina Machado y Nicolás Maduro. | Ilustración de Alejandra Svriz.
El Comité Noruego le concedió el pasado viernes el premio Nobel de la Paz a la luchadora venezolana María Corina Machado «por su lucha por lograr una transición justa y democrática de la dictadura a la democracia». A esta entradilla siguen una serie de afirmaciones que colocan a Machado en un liderazgo democrático incontestable, pues la define como «uno de los ejemplos más extraordinarios de valentía civil en Latinoamérica en los últimos tiempos».
Conviene recordar que Machado fue vetada por el régimen de Nicolás Maduro para ejercer como candidata a las elecciones a la presidencia de la república. Maduro inventó unas acusaciones delirantes y los magistrados títeres del Tribunal Supremo privaron a los venezolanos del derecho a votar por ella. Tras su derrota electoral en aquellos comicios (2024), el régimen chavista falsificó los resultados, pues aquellas elecciones las ganó el sucesor de Machado, Edmundo González, hoy refugiado en España.
“Bien se ve cómo buena parte del sanchismo elogia a Maduro y apoya a Rodríguez Zapatero, para que este y sus amigos se forren con el petróleo venezolano”
Ningún demócrata negará que Venezuela necesita salir del hoyo en que la ha metido el chavismo, muy al estilo cubano: millones de exiliados, hambrunas insoportables, negocios sucios en torno al petróleo… Negocios en que están metidos hasta las orejas miembros del Gobierno sanchista, y especialmente su mentor, Rodríguez Zapatero. Eso explica que el Gobierno de Sánchez no se haya dignado felicitar a María Corina Machado por su éxito. Bien se ve cómo buena parte del sanchismo elogia a Maduro y apoya a Rodríguez Zapatero, para que este y sus amigos se forren con el petróleo venezolano, que no se sabe aún dónde se refina para su posterior venta.
Pero más explícita ha sido la extrema izquierda gubernamental, cuya brutalidad es imposible de soportar: Belarra (Podemos) ha tachado a Machado de golpista y criminal y Pablo Iglesias la ha comparado con Adolf Hitler. Que este tarado haya sido profesor en la Universidad Complutense y luego vicepresidente del Gobierno habla bien claro de adónde ha ido a parar la política española. Con una sedicente izquierda maleducada y mentirosa que en ningún gobierno de la UE tendría cabida.
Uno se pregunta qué ha pasado en nuestro país con la izquierda en general y con la extrema izquierda en particular. Una extrema izquierda que bota una flotilla para ir a Gaza para ayudar a los gazatíes sabiendo que nunca llegarían allí, y bien que lo sabían, pues en los barcos de la flotilla no iba ni un solo kilo de alimentos. Una extrema izquierda que apoya a un miserable y corrupto como Putin en su invasión de Ucrania. Una extrema izquierda que sigue adorando al criminal régimen que oprime y arruina a Cuba (recomiendo la lectura del último libro de Leonardo Padura, Morir en la arena, Tusquets, libro que describe el desastre económico y moral en que el régimen ha convertido a la hermosa isla del Caribe). ¿Es eso el progresismo que predica Sánchez?
En palabras del editorial de ABC del sábado, «lo deseable sería que este premio a María Corina Machado, más allá del reconocimiento personal que supone, estimulara una reacción internacional sobre el régimen venezolano para que –como asegura el comunicado oficial del Comité Noruego del Nobel– ‘las personas serán finalmente libres para vivir en paz’».