The Objective
Román Cendoya

Talleres patrióticos de caza

«Vox antepone sus intereses a España. Eso también es sanchismo. Y por eso le gusta a Sánchez»

Opinión
Talleres patrióticos de caza

Ilustración de Alejandra Svriz.

Un año después de la dana las zonas afectadas siguen recuperándose. Todos los recursos destinados a la zona son insuficientes para las ingentes y urgentes necesidades. Las infraestructuras están en proceso de recuperación y regeneración. Todavía queda mucho por hacer en barrancos y rieras. El barranco del Poyo acaba de volver a llenarse de agua y los vecinos de la zona viven con miedo e incertidumbre al recordar los graves momentos vividos. Cada gota que vuelve a caer provoca una crisis emocional en los que sobrevivieron. Los niveles de recuperación material y económica dependen de demasiados factores. Al irrecuperable drama de las vidas perdidas hay que sumar el daño que supone que 460 negocios en locales comerciales —el 20% del total—  destinados a servicios, pequeñas actividades y hostelería no volverán a levantar sus persianas. Un año después, son 230 negocios los que todavía están con obras para reabrir. Además, alrededor de un centenar de industrias, el 5,8% del tejido industrial de esos municipios, han cerrado por la catástrofe.

Continúa el lamentable pulso político para la asunción de las responsabilidades políticas. El gobierno, el PSOE, sus asociaciones vinculadas y la opinión sincronizada siguen exigiendo la caída del presidente Mazón. Pero, según pasa el tiempo sabemos que las responsabilidades políticas, además de a Mazón, también afectan, claramente, a organismos y entes dependientes del gobierno de Pedro Sánchez.

Con esta situación en la Comunidad Valenciana, Vox ha tenido la ocurrencia de proponer en la comisión de Medio Ambiente de Les Corts —como no hay temas medioambientales que subsanar en el entorno de las inundaciones—  el fomento en los colegios de una «cultura de caza responsable» que facilite el relevo generacional, para lo cual es necesario incorporar a los cazadores jóvenes en la ecuación cinegética, de forma que sean parte de la solución de gestión, control de especies, mantenimiento de ecosistemas y estudio. 

Proponen la impartición de charlas, programación de intervenciones en las que se hable de caza en centros educativos, celebración de cursos específicos para jóvenes, convivencias, campamentos, actividades extraescolares y talleres didácticos. El aprendizaje se hará «a través de la práctica» y de una campaña de promoción donde «se difunda correctamente la razón de ser del cazador entre los jóvenes para crear una imagen social positiva del colectivo». Y además, piden realizar una campaña de precios especiales en cacerías y tiradas deportivas para jóvenes, así como diseñar bonos que faciliten el acceso de los jóvenes a las cacerías.

Me parecen repugnantes esas imágenes de niños y adolescentes aprendiendo y practicando el uso de armas de fuego en EEUU. La identidad cultural del MAGA de Trump que es tan admirado por su amigo Santiago «Obascal». Esas imágenes suelen ser parte de la noticia habitual y brutal en la que un joven ha asesinando a compañeros y maestros en su centro de enseñanza. No voy a entrar en el debate de si fomentar la caza tiene algo, poco o mucho que ver con la violencia. No suele tener nada que ver hasta que con un arma de caza se asesina a una mujer por violencia machista —y son demasiados casos ya— o se mata a alguien por venganza. Creo que la caza —que respeto, pero no me gusta y jamás he practicado— debe estar rigurosamente regulada y ser una actividad exclusivamente para mayores de edad. Cualquier actividad con armas de fuego debe requerir de validación psicológica y mayoría de edad.

Es fascinante comprobar la percepción de la realidad que cada uno tiene en su radicalidad. Los jóvenes son el caldo de cultivo sobre los que inocular todo tipo de experiencias en función de la ideología del adoctrinador. Los de Vox ponen el grito en el cielo si se quieren dar cursos a los jóvenes de educación sexual «responsable», con charlas por parte de individuos que representan las diferentes tendencias. Y no digamos nada si encima se proponen hacer «talleres responsables». Todos los que quieren adoctrinar siempre utilizan la palabra «responsable» para intentar normalizar y dotar de la seriedad necesaria la inoculación de sus ideas al colectivo vulnerable de los menores de edad. Es inaceptable que a los jóvenes se les someta al adoctrinamiento. ¿Acaso enseñar el manejo de armas a niños y adolescentes —con la excusa de la caza— no es un adoctrinamiento? ¿Para eso está el dinero público que sale de nuestros bolsillos?

«Los jóvenes son el caldo de cultivo sobre los que inocular todo tipo de experiencias en función de la ideología del adoctrinador»

¿Por qué todos los «talleres y prácticas subvencionados» que son sobre lo que uno piensa son buenísimos y necesidad social y los propuestos por otros, que piensan diferente, son un escándalo y adoctrinamiento? Soy tan poco partidario de un «taller para descubrir tu propio cuerpo» como de un «taller y práctica de la caza responsable» para menores. Que cada uno se pague sus tendencias y aficiones. ¿Qué empresa va a impartir los seminarios? Vox es el partido presuntamente contrario a los chiringuitos siempre que no sean los suyos. Porque las empresas que desarrollen los talleres de caza patriótica son tan chiringuito de vividores escopeteros, como lo son los colectivos «técnicos sopa de letras» que se dedican a los talleres de sexualidad.

Es lamentable que el Partido Popular haya votado a favor de esta ocurrencia de Vox. Es inexplicable que el PP caiga en la trampa de apoyar las obsesiones patrióticas radicales. ¿El PP intenta así alargar las legislaturas? ¿Cualquier cosa por aprobar unos presupuestos? El aborto, los talleres de caza para menores… son la forma que tiene Vox de ayudar a Pedro Sánchez. Vox distrae el foco de lo importante: la corrupción total y sistémica del gobierno de Sánchez y del PSOE. Las ocurrencias patrióticas son parte de la pinza PSOE con Vox. El argumento con el que el PSOE afirma que el PP está en manos de Vox. Y si el PP no apoya los adoctrinamientos patrióticos de Vox, es porque el PSOE y el PP son lo mismo. El PP tiene que ejercer la responsabilidad de gobierno y desvincularse de las ocurrencias de Vox. Y si hay que acortar las legislaturas, que los ciudadanos sepan que la responsabilidad de que la izquierda pueda volver a gobernar en varias comunidades autónomas es de Vox.

Pedro Sánchez ataca el liderazgo de Feijóo afirmando que cederá los diputados a Vox y que no será el líder de la oposición. Eso es lo que le gustaría al autócrata. Porque Sánchez sabe que contra Feijóo siempre pierde, mientras que contra Vox ganaría y seguiría gobernando. Sánchez sabe que Vox es el partido que no sirve para desalojarlo de La Moncloa. Porque el portavoz de Vox ya ha dicho que no cuenten con ellos si Junts apoyara una moción de censura. Vox antepone sus intereses a España. Eso también es sanchismo. Y por eso le gusta a Sánchez.

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