Se necesita otro sistema electoral
«El sistema proporcional puede provocar inestabilidad gubernamental. Poner el Gobierno de España en manos de los separatistas es la mayor irresponsabilidad»

Ilustración de Alejandra Svriz.
El sistema electoral llamado «proporcional», que es, a nivel provincial, el que existe en España, puede provocar inestabilidad gubernamental, pero nunca tanta como se ha visto tras las elecciones generales de 2023. Después de aquellas elecciones, Pedro Sánchez (que no fue el ganador) formó Gobierno con la nueva extrema izquierda. Una izquierda que apoya a tipos como Putin y a su agresión contra Ucrania, a la dictadura cubana o al dictador venezolano Nicolás Maduro, etc., etc.
Fuera del Gobierno, Sánchez también precisó el apoyo de los separatistas vascos (PNV y Bildu) y catalanes (ERC y Junts). Como fácilmente se puede deducir, un conjunto imposible de domesticar, en el cual cada uno tira de la cuerda para su lado. Separatistas y proetarras ¿en apoyo del Gobierno de España? Imposible.
Dentro de la democracia española, los nacionalistas vascos y catalanes detestan la existencia de España y hacen todo lo que pueden contra la supervivencia de nuestro Estado. ¿Cómo eliminar ese peligro?
Poner el Gobierno de España en manos de los separatistas es la mayor irresponsabilidad que imaginarse pueda, y no tanto porque los independentistas quieran la independencia para sus regiones, que ya no la quieren porque tendrían que salirse de la UE. No la quieren porque lo que hoy buscan y Sánchez parece dispuesto a otorgarles es expulsar al Estado de esos territorios, pero que el Estado les siga pagando lo que nunca les ha debido pagar. Pondré un ejemplo, creo que clarificador: el déficit de la Seguridad Social.
Es sabido que los mayores déficits de la Seguridad Social se producen en el norte de España, es decir, en las regiones del Cantábrico, y per cápita son mayores en Vizcaya y Asturias porque tanto el carbón como la industria metalúrgica han tenido sueldos más altos y jubilaciones más tempranas. Pues bien, tras un acuerdo con Sánchez, el Gobierno vasco aparecerá allí como pagador de todas las pensiones, pero sus altísimos déficits los pagaremos los maketos (un invento de Sabino Arana, el gran fundador del PNV), o sea, el resto de los españoles, que así es como nos motejan los nacionalistas vascos.
«Muchos políticos piensan lo mismo que pensaron los constitucionalistas de 1978: que los nacionalistas eran leales a la Constitución»
Yo creo que un cambio en el sistema electoral vigente podría servir.
Pondré un ejemplo: elegir un diputado a nivel provincial, más otro por Ceuta y otro por Melilla. En total, 52 diputados. En segundo lugar, elevar el total de diputados a 380 y elegir a los 328 en una lista a nivel nacional. En tales condiciones, a los nacionalistas les sería prácticamente imposible hacerse necesarios para ayudar a cualquier partido de los grandes a formar un gobierno nacional.
Y si a ese cambio se añadieran algunas reformas constitucionales que pusieran fuera del juego político a formaciones claramente antidemocráticas, los demócratas podríamos sentirnos más seguros y el sistema político ganaría en estabilidad.
Y si es así, ¿por qué no se abordan esos cambios? Porque muchos políticos piensan lo mismo que pensaron los constitucionalistas de 1978, a saber: que los nacionalistas (y la extrema izquierda) eran gente leal a la Constitución y además eran europeístas. Pero ni los nacionalistas, por su parte, ni los de extrema izquierda actual, tipo Pablo Iglesias, lo son. Estos últimos, a juzgar por los apoyos que otorgan a sistemas antidemocráticos, tienen de demócratas más o menos tanto como la Falange de Franco.
