El PP frente al populismo carroñero
«No caigamos en el juego de un PSOE que ha derivado en una banda al servicio de un autócrata. No dejemos que aproveche el dolor para sacar rédito político»

El presidente en funciones de la Comunidad Valenciana, Carlos Mazón.
Los populares han aprendido tras las malas gestiones del Prestige y de los atentados del 11-M. Por fin se han dado cuenta de que el PSOE aprovecha las tragedias para intensificar el dolor de la gente, y en ese estado emocional álgido, exigir la muerte política del enemigo. Los socialistas ponen a toda potencia la máquina propagandística de su prensa, que focaliza en las víctimas más contrarias al PP, sacan a los cargos políticos para repetir el argumentario, y usan consignas de descalificación absoluta, como «asesino».
El PP, sin embargo, ha aprendido. El acusado por la crisis, como Mazón, es quien debe absorber el impacto de la tragedia, no el partido. Debe aguantar en primera línea el tiempo suficiente para que el impacto emocional se modere con el raciocinio y la visión del panorama. No puede volver a ocurrir lo del 11-M, cuando un electorado en caliente votó a la mayor calamidad política que ha dado la democracia: Zapatero.
Una vez calmadas un tanto las aguas, el jefe del partido, en este caso Feijóo, se separa del acusado para no dañar el proyecto político del PP. Cortados los hilos de Mazón con sus compañeros es más sencillo usarlo como cabeza de turco. Después, con sondeos sobre el voto y la simpatía de los posibles sustitutos, se elegirá al candidato. Es una manera de evitar el daño en el partido, y de impedir que otro, el PSOE, manipule las emociones generadas por una tragedia para dar un golpe en el tablero político.
El caso de la dana de Valencia es un ejemplo perfecto. El PSOE tenía la posibilidad de culpar al PP de las muertes, y el Gobierno no intervino para que la tragedia empeorara y la sensación de desamparo fuera mayor. En esa situación lamentable, con fallecidos y miles de imágenes corriendo por los medios y las redes, era más sencillo dramatizar, apelar a las emociones básicas, y exigir el ostracismo eterno del PP valenciano y, de paso, culpar a Feijóo.
«Con la sustitución de Mazón por otro popular que obtenga la investidura gracias a Vox, el plan del PSOE fracasará»
Si la crisis se resuelve con la sustitución de Mazón por otro popular que obtenga la investidura gracias a Vox, el plan del PSOE fracasará. Los socialistas saben que es así, y por eso piden elecciones cuando no hay motivo para adelantarlas. Se trata de golpear la situación política cuando no se gobierna para desestabilizar y evitar los gobiernos tranquilos del enemigo. De ahí que polaricen sus políticos, periodistas y analistas con tanto descaro.
El objetivo del PSOE es ganar al PP con ese populismo carroñero. No tienen escrúpulos y las víctimas no importan. Si Sánchez fuera más listo habría disimulado más en las primeras horas de la dana, y omitido alguna frase inapropiada, como la de «si quieren ayuda, que la pidan». Pero su arrogancia psicopática se lo impidió, como con las víctimas de la epidemia de covid-19 que su negligencia hizo más virulenta en nuestro país. Lo mismo ocurrió con los incendios de este verano: los dejaron crecer para culpar a los gobiernos populares. Y otro tanto pasó con las víctimas del covid en Madrid.
Los tiempos de la gestión de la crisis se han cumplido. Que cada uno aguante su vela, como Mazón. Son gajes del oficio. Pero no pidamos más, no caigamos en el juego de un Partido Socialista que ha derivado en una banda al servicio de un autócrata sin escrúpulos que maneja el Estado en beneficio propio, aun en contra del bienestar de los españoles. No dejemos que aproveche el dolor para sacar rédito político.