Savater para exaltar el corazón humano
«El nuevo libro de Fernando Savater, ‘Ni más ni menos’, que recoge artículos publicados en este periódico, produce un placer entreverado de emoción»

Ilustración de Alejandra Svriz.
El nuevo libro de Fernando Savater, Ni más ni menos (Ariel), es estupendo en sí mismo, pero tiene un valor particular para los lectores de THE OBJECTIVE, ya que recoge los artículos publicados en este periódico digital. Aquí se leyeron bien, plenamente. Pero verlos en papel, con el ritmo más pausado que este propicia, y todos juntos, potenciándose unos a otros, produce un placer entreverado de emoción. Es como si el trasiego del día a día hubiese dado un fruto noble, perdurable.
Esta mezcla la percibí cuando cayó en mis manos el primer libro de artículos, precisamente de Savater (con él descubrí el género): Sobre vivir, que es uno de mis favoritos junto con Instrucciones para olvidar El Quijote, Sin contemplaciones o A decir verdad. A partir de un determinado momento, eran los artículos que ya había leído en la prensa, sobre todo en El País, pero en su paso al libro siempre ganaban. La escritura de Savater, la mejor en español desde que él escribe para mi gusto (punzante y ligera, entretenida, limpia, lúcida, juguetona, elegante, con encanto y gracia), funciona tanto en el periódico como en el libro, pero en este se cumple mejor. Al fin y al cabo, lo que escribe en prensa son ensayitos: visiones de la actualidad con un toque de literatura y otro de filosofía.
En lo que a mí respecta, no me abandona el regocijo de publicar en el mismo periódico que él y mi otro articulista preferido absoluto: Félix de Azúa. Este honor me lo dio esporádicamente Jot Down y ahora me lo da todas las semanas THE OBJECTIVE. Al principio tuve el sueño de estar en El País, el periódico con el que me formé y el único con el que he mantenido una relación sentimental. Pero, claro, El País era para mí el periódico de Savater y Azúa. Sin ellos es otra cosa que ya no quiero.
Quién nos iba a decir que para mantener un discurso ilustrado en España sería indispensable criticar a El País, el beato boletín del oscurantista sanchismo. No haberlo hecho es lo que le faltó, por ejemplo, a Mario Vargas Llosa, impecable en todo lo demás. La salida de El País y el paso a THE OBJECTIVE les ha permitido a Savater y Azúa ejercer la crítica completa de un modo abierto. Como dice nuestro director Álvaro Nieto en el epílogo del libro, Savater escribe ahora «más desatado que nunca». A veces es bronco, como quizá no lo había sido antes. Pero es lo que le corresponde a nuestro embrutecido momento. Al igual que la claridad, responder a la realidad es una cortesía del filósofo. Y nuestra realidad es hoy la que es.
«Son artículos sobre la podredumbre desencadenada por el presidente Sánchez, ese ‘ególatra apasionado por el poder’»
Ni más ni menos recoge solo los artículos políticos y de abrupta actualidad (es «una obra de combate», escribe Savater en el prólogo). Los personales y culturales, los consagrados a sus aficiones, que cultiva Savater con fruición, darían para otro libro suculento. En este hay un apartado especial al final con artículos sobre el nacionalismo, el independentismo y los restos del terrorismo, con el título de uno de sus libros gloriosos en los años duros de ETA: Perdonen las molestias. Pero el resto son artículos sobre la podredumbre desencadenada por el presidente Sánchez, ese «ególatra apasionado por el poder», y sus obedientes servidores; es lo mismo que decir que sobre la decadencia y el envilecimiento de la izquierda. Impresiona asistir a este desfile de fechorías… de las que aún no nos hemos librado.
A estas alturas lo único que me separa de Savater es la pujanza, que él tiene y yo no. Yo celebro su activismo, pero desde mi pasividad (salvo en la escritura). Quizá con esto no he aprendido su principal lección, pero carácter es destino. Eso sí, aunque no sirva en la práctica, estoy de acuerdo con la cita de Stendhal que aparece en el libro: «Sirve para exaltar el corazón humano». Savater me lo lleva exaltando más de 40 años ya.