¿Qué más tiene que pasar?
«La realidad es escalofriante para cualquier Estado democrático de derecho que se precie de tal. Los escándalos se suceden a un ritmo imposible de seguir»

Ilustración de Alejandra Svriz.
La sociedad española, incluida una buena parte del electorado socialista, asiste atónita y con sorpresa a la falta de escrúpulos de un presidente de Gobierno al que la catarata de titulares e investigaciones judiciales sobre corrupción que afectan a su esfera política y personal más cercana, sigue sin asumir ninguna responsabilidad política o ética. Son tantos y tan graves que se preguntan: ¿qué más tiene que pasar?
La realidad es escalofriante para cualquier estado democrático de derecho que se precie de tal. Los escándalos se suceden a un ritmo imposible de seguir. Hace unos días conocíamos el fallo que condena al fiscal general del Estado, Álvaro García Ortiz, por revelación de datos. El primero en la historia de España en ser investigado, procesado y condenado. No tuvo la decencia de dimitir antes de conocerse el fallo y prefirió arrastrar la institución por el lodo. Para muchos fue el peón leal hasta el sacrificio del presidente. Estamos ante el primer fallo de la larga lista de procesos judiciales que cercan a Sánchez. Más allá del juicio al hermano, los siguientes pasos son más explosivos si cabe.
Los tres hombres de confianza de Pedro Sánchez, con los que inició su famosa travesía del Peugeot para ganar las primarias del PSOE, ya están o han estado en prisión. Santos Cerdán salió hace unos días porque había desaparecido el riesgo de que eliminara pruebas. Pero volverá irremediablemente según se acerque la fecha de su proceso dada la gravedad de los hechos contenidos en los informes de la UCO.
Ahora son José Luis Ábalos y Koldo García los que van a dormir en la prisión de Soto del Real. El riesgo extremo de fuga de ambos tras conocerse las altas condenas que se solicitan para ellos han sido la base para que la fiscalía anticorrupción lo solicitara. El magistrado del Tribunal Supremo, Leopoldo Puente, ha acordado este jueves prisión incondicional para ambos, al considerar además que cuentan con fondos sin localizar, que disponen de contactos en el extranjero y que «existen numerosos indicios racionales de criminalidad».
Dos secretarios de Organización del PSOE corruptos. Uno, Cerdán, ya lo era en Navarra años antes de llegar los socialistas al Gobierno de España. El otro, Ábalos, desde el primer día en que fue nombrado ministro de Transportes. Y junto a ellos el hombre de confianza de los dos, Koldo García, con un complejo de Diógenes audiovisual y digital que le ha llevado a la acumulación compulsiva de grabaciones de toda la basura de la corrupción que ha vivido y protagonizado durante años. Esa acumulación de mensajes de WhatsApp, correos electrónicos y grabaciones telefónicas han sido la mayor bolsa de pruebas sólidas con la que se haya topado nunca la UCO en la lucha contra la corrupción.
Estamos hablando de los dos tipos de mayor confianza que haya tenido nunca Pedro Sánchez. Ábalos fue el encargado desde la tribuna del Congreso de los Diputados de ser el látigo anticorrupción en la moción de censura contra el gobierno de Mariano Rajoy. Cerdán, ahora sabemos, parece que fue el hombre de enlace con Bildu y el PNV para conseguir sus apoyos. En los últimos años, ha sido el todopoderoso enviado presidencial que ha determinado en sus reuniones con Puigdemont el devenir del propio gobierno de España.
Saben mucho los dos sobre Pedro Sánchez. Lo saben los dos y lo sabe también Koldo porque lo grababa y almacenaba todo. Por eso son relevantes y a tener en consideración, sus acusaciones de estos últimos días. Los dos están subiendo el nivel de presión. Empezaron confirmando la supuesta reunión secreta de Pedro Sánchez con Arnaldo Otegi, un condenado por terrorismo, en la que se acordó el apoyo de los hijos políticos de ETA a la moción de censura a Rajoy, Luego se convirtieron en el socio más leal al gobierno.
Pronto sabremos si en estas reuniones, desmentidas por Sánchez y Otegi, y confirmadas por Koldo y Ábalos, se negoció el apoyo a cambio del traslado ultrarápido de los presos etarras al País Vasco para ponerlos bajo la jurisdicción ligera y amable del gobierno vasco. En sus casi ocho años al frente de Interior, nunca ha sido tan eficaz Fernando Grande-Marlaska como con este traslado de los presos etarras a pesar de tener en contra los informes penitenciarios, de que nunca se arrepintieron de sus crímenes y de que nunca nadie, ni en ETA ni en Bildu, han colaborado con la justicia para esclarecer los más de trescientos asesinatos etarras de los que sigue sin conocerse la autoría.
Es muy previsible que en los próximos días haya más disparos informativos contra Sánchez por parte de los dos nuevos vecinos de la prisión de Soto del Real. Ábalos en las horas previas a su ingreso en prisión ya apunta directamente a Begoña Díaz, la esposa de Pedro Sánchez, protagonista de otra investigación judicial por presuntos delitos de corrupción y tráfico de influencias, entre otras acusaciones. En declaraciones a El Mundo, Ábalos cree que el Gobierno va «a por todas» contra él para tapar el alcance de las relaciones entre Air Europa y Begoña Gómez. Lloriquea por lo que cree abandono total del PSOE hasta el punto de dejarle que sea el «primer diputado en la cárcel». Amenaza y dice que «investigar a Air Europa sería abrir el melón, ahí podemos llegar a Begoña. Podemos llegar bien llegados».
La prisión ablanda y eso da miedo en Ferraz. Koldo García parece totalmente preparado no solo para la prisión, sino para establecerse con mando y plaza en Soto del Real, aunque seguro que sufrirá por no poder grabar nada. Más débil parece José Luis Ábalos y eso implica que puede empezar a disparar en ráfagas denunciadoras a todo el aparataje del partido y del gobierno socialista por sentirse abandonado. Dicen los cercanos a la pareja que los dos tienen munición para derribar a Sánchez no una sino varias veces.
No pasa nada. Tenemos procesos judiciales abiertos que investigan pagos en mascarillas, pronto también sabremos más de la corrupción con los hidrocarburos, se investigan además los pagos en efectivo del PSOE de los últimos siete años. Y no pasa nada.
Pareciera que estamos ante un Gobierno fuerte, sólido y estable, que pueda aguantar todo. La realidad es otra. No tenemos un Gobierno que gobierne. No tiene mayoría para ganar nada en el Congreso. Seguirá sin Presupuestos Generales un año más. Sin capacidad de movimiento. Siempre a la defensiva. Solo sabe atacar, sin ningún sentido democrático, al poder judicial o la prensa libre y crítica. El descrédito se extiende también por la UE. Bruselas le ha avisado otra vez por no presentar propuesta presupuestaria por segundo año consecutivo. Nadie entiende que siga alardeando de una fuerza que no tiene y de que va a seguir hasta el 2027. Y en la calle solo se escucha una pregunta: ¿Qué más tiene que pasar para que reaccione, dimita y convoque elecciones?