The Objective
Santi González

Los socialistas y el putiferio

«Basta mirar una foto legendaria en la que se veía al ‘número dos’ junto a Andrea para comprender que ella lo acompañaba estrictamente por amor»

Opinión
Los socialistas y el putiferio

Sauna del suegro de Pedro Sánchez. | Ilustración de Alejandra Svriz

Que José Luis Ábalos era un putero muy cualificado era ya cosa sabida, aunque no fue un inconveniente insuperable para que Pedro Sánchez le otorgase toda su confianza. Política, se entiende, porque la personal es otra cosa. «Desde el punto de vista personal, era un gran desconocido para mí, porque conocí unas facetas de su dimensión personal que eran muy desconocidas para mí». Había sido más rotundo en su comparecencia de finales de octubre en el Senado, al afirmar que le repugnan los «hábitos personales» de Ábalos. Uno de sus hábitos más personales es ir de putas, como ya es cosa sabida y como dejó dicho en una grabación que le hizo la UCO mientras hablaba con Koldo García Izaguirre. «La Carlota se enrolla que te cagas, tú», dijo el hombre a su interlocutor con el lenguaje de los iniciados, al fin y al cabo lo había conocido como portero de puticlub. Uno se pone a darle vueltas a qué podía parecerle repugnante en términos como el reproducido al yerno de Sabiniano y, no sé, se me ocurre que quizá la tal Carlota no fuese una pupila de la cuadra de su suegro. 

Esto del fornicio mercenario es cuestión bastante delicada, contra el que no tengo, ni mucho menos, la animadversión tan radical que tiene el discurso socialista. Mientras la prostitución sea una opción personal, libremente elegida y sin coacciones, nada que oponer. Otra cosa es si media la coacción, el proxenetismo, que tampoco debe descartarse del todo en los negocios de la familia. En uno de los puticlubes del holding Gómez Serrano, el ‘Kilómetro 80’, cuyo titular era Francisco Enrique Gómez Serrano, y en el que una mujer rumana era obligada a prostituirse con amenazas de muerte. El asunto llegó al Tribunal Supremo, que condenó al encargado del club, autor de las amenazas, a tres años de prisión y a los dos rumanos que la llevaron allí a 21 y 22 años. Hay un detalle adicional. ¿Saben quién fue el juez del Supremo que impuso esas condenas? Antonio del Moral, uno de los cinco magistrados que votó el fallo contra el fiscal general del Estado y que en estos momentos estará redactando la sentencia. ¿Ven cómo los jueces tienen paquete a Sánchez, a su familia y a los negocios de la misma?

También era radicalmente contrario al discurso de Ábalos, que se confesaba feminista «porque soy socialista», en analogía ideológica con Prieto, que se manifestaba socialista a fuer de liberal.

«Estoy absolutamente en contra de la explotación sexual de las mujeres, pero también de los hombres. Yo afortunadamente no he necesitado recurrir a eso, y no me produce ninguna satisfacción saber que están conmigo solo por dinero». Basta mirar una foto legendaria en la que se veía al número dos junto a Andrea para comprender que ella lo acompañaba estrictamente por amor. Los 1.500 euros que pagaba a la moza por cada día de viaje compartido deben interpretarse como dinero de bolsillo, gastos de viaje. Sánchez ha sido incapaz de llegar a una conclusión elemental. Parece no diré que extraño, pero sí al menos pintoresco, que un tío que emparentó por vía matrimonial con el sector de la manfla y que fue partícipe a título lucrativo de los negocios de su suegro, vía viviendas y aportación económica a sus elecciones primarias, le haga ascos a estas aficiones comprobadas de su número dos en el partido y ministro relevante en el Gobierno. Lo que debería darle asco en buena lógica, no es el qué, sino el cómo, lo que compartiríamos el común de los mortales. Lo único reprobable no es el adulterio, sobre lo que solo podría exigirle cuentas su legítima, si la tuviese, sino el hecho de que se lo pagara con el dinero del común de los españoles.

Cuesta imaginarse a la banda de los cuatro recorriendo España en el Peugeot. ¿De qué hablarían? Se me ocurre que mientras Ábalos y Koldo se intercambiaban recuerdos y experiencias de sus Carlotas, Ariatnas, Colombianas y otras mercenarias del amor, Pedro y Santos podrían debatir sobre San Juan de la Cruz y la poesía mística en el siglo de oro.

No voy a extenderme por terrenos adyacentes como el abuso sexual en los sanchistas, pongamos que hablo de Paco Salazar, muy cercano a Pedro y cuyo caso se ha desactivado sorprendentemente, o el de Martiño Ramos, condenado por violar a una alumna suya menor de edad y refugiado en Cuba. Conformémonos por el momento en hablar de los socialistas y su afición a pagarse el coito asalariado con dinero ajeno.

Es ya una tradición antigua. Hace unos años, escribí sobre una práctica de los concejales socialistas del municipio cordobés de Baena que montaron una trama de facturas falsas para sufragar sus excursiones a un puticlub de Marbella llamado Milady Palace. Todos los concejales, de uno y otro género, se me querellaron exigiendo una indemnización de 300.000 euros, petición que fue desestimada por dos juzgados. El organizador, Rafael Santano, era secretario personal del alcalde, Luis Moreno, y cuando éste le preguntaba por los detalles, respondía: «Es que a mí me da apuro gastarme dinero mío en estas cosas». Las facturas se extendían a nombre de la Asociación Virgen de los Desamparados. Por la superioridad moral, supongo.

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