The Objective
Xavier Pericay

El fenómeno Aliança Catalana

«La irrupción del partido de Orriols y su formidable crecimiento debería preocupar a las demás formaciones que componen el ‘mainstream’ nacionalista»

Opinión
El fenómeno Aliança Catalana

La líder de Aliança Catalana, Sílvia Orriols. | Lorena Sopêna (EP)

Aunque los periódicos lleven ya algún tiempo interesándose por esa chica de Vic, Sílvia Orriols, alcaldesa de Ripoll, diputada en el Parlamento de Cataluña y líder de Aliança Catalana, no ha sido sino hasta el último sondeo del Centre d’Estudis d’Opinió (CEO) —para entendernos, el CIS catalán, pero sin un Tezanos que lo dirija— que Orriols y el experimento político que encabeza han adquirido la categoría de fenómeno.

Y es que el sondeo del CEO arrojaba un dato espectacular: si hoy se celebrasen elecciones autonómicas en Cataluña, Aliança podría igualar a Junts en la tercera plaza y quedaría a muy poca distancia de ERC, que ocuparía la segunda. Lo de Orriols y su partido, pues, debe ser tomado en serio. Tan en serio que, tras año y medio de legislatura, la formación habría multiplicado por diez el número de escaños obtenidos en mayo de 2024.

Los análisis, como es natural, no se han hecho esperar, y han incidido, en general, en unos mismos aspectos como claves de la fulgurante ascensión de Aliança. De un lado, el recurso a un discurso claro, simplista, atento, antes que al corazón independentista, a los problemas reales de los ciudadanos, sean o no independentistas, y a las soluciones que esos problemas merecerían y no reciben por parte de la clase política catalana; así, la inmigración —con especial énfasis en la de religión musulmana—, la inseguridad, la vivienda —léase, sobre todo, la okupación— o el despilfarro de dinero público mediante subvenciones a una ristra interminable de proyectos y asociaciones del universo woke falsamente solidarios —por caso, la famosa flotilla—.

De otro lado, la personalidad de Orriols, reflejada en sus declaraciones y en la excelente oratoria que exhibe en sus intervenciones parlamentarias: una mujer valiente, de mirada fría, que no duda en decir las cosas por su nombre, lo que no impide que para ello recurra a menudo a las consabidas falacias de las formaciones populistas.

Todo lo anterior hace que a Aliança se la tenga por una fuerza xenófoba. Lo es, sin duda alguna. Pero al encasillarla de este modo se olvida que su aparición ha servido para blanquear la xenofobia de otra fuerza política, Junts, y también, en cierta manera, la de ERC, como si el rechazo a cuantos ciudadanos, catalanes o no, se sienten o se consideran españoles no fuera ya por sí mismo, y sin necesidad de añadirle ninguno de los ingredientes que caracterizan a los partidos de extrema derecha, una conducta xenófoba.

«Ciudadanos, que empezó de la nada, llegó a ganar 11 años más tarde de su nacimiento las elecciones autonómicas»

Por lo demás, el hecho de que su auge coincida según el sondeo con un desmoronamiento de Junts en sus feudos tradicionales de la Cataluña interior, hasta el extremo de privar a los de Puigdemont de su primacía electoral en las provincias de Lérida y Gerona, ha inducido a creer que estaríamos asistiendo a una simple transferencia de voto de una fuerza a otra.

Sin negar la existencia de ese trasvase y su papel determinante en el crecimiento exponencial de Aliança, resulta obligado fijarse también en el impacto que el partido estaría teniendo entre los jóvenes y que compartiría con el otro partido situado en la derecha más extrema, es decir, Vox.

En definitiva, la irrupción del partido liderado por Orriols en el escenario político catalán y su formidable crecimiento es algo que debería preocupar a las demás formaciones que componen el mainstream nacionalista. Hubo una vez en Cataluña un partido llamado Ciudadanos que empezó de la nada y que en unas condiciones mucho peores que las que afronta hoy en día Aliança llegó a ganar 11 años más tarde de su nacimiento las elecciones autonómicas. Y eso que no solo no formaba parte del mainstream nacionalista de entonces, sino que incluso había nacido para combatirlo.

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