The Objective
Laura Fàbregas

Junqueras, el CNI y la inmigración

«Si Orriols carga directamente contra el islam y la cultura del subsidio, ERC centrará cada vez más sus críticas hacia los empresarios»

Opinión
Junqueras, el CNI y la inmigración

Ilustración de Alejandra Svriz

Oriol Junqueras ha intentado convencer a los catalanes de que Aliança Catalana es un producto del CNI. Un artefacto del Estado para liquidar al independentismo. Y niega hasta tres veces que el crecimiento del partido de Sílvia Orriols afecte a ERC. Pero Junqueras, que hace ahora un año que recuperó la presidencia del partido, emprendió una gira por los pueblos de Cataluña que le sirvió para pulsar el zeitgeist actual y constatar el cambio de aires que se está dando entre su electorado.

Junqueras sabe que Aliança también despierta simpatías en una parte de sus votantes y de ahí su estrambótica teoría, que no es sino el comodín de siempre, tuneado. La falacia del hombre de paja a la catalana: señalar de español, de operación de Estado, a tu adversario político. ¡No es el pueblo, son las élites!

También ERC y la CUP tienen motivos para estar preocupados por el auge de Aliança, no solo Junts. Como se vio en los últimos comicios en el Parlament, el independentismo perdió la mayoría parlamentaria por primera vez desde 1980. Coincidiendo con la irrupción de los de Orriols y la alta abstención como castigo al fracaso del procés.

No hay duda de que Aliança marca el paso de la política catalana. Y esta misma teoría, de las élites contra el pueblo, servirá para encarar el tema de la inmigración. En menos de un lustro, ERC ha pasado de abanderar la causa del «Volem acollir» a cuestionar el modelo migratorio. Su mayor adalid de la política de fronteras abiertas, Ruben Wagensberg, ya está fuera del partido.

Si Orriols carga directamente contra el islam y la cultura del subsidio, ERC centrará cada vez más sus críticas hacia los empresarios por alentar un modelo económico que precariza al trabajador. Contra las grandes multinacionales. Como ya hizo con El Corte Inglés, el Carrefour e Ikea al cuestionar sus planes de querer «inmigrantes», mano de obra barata, en lugar de «subir el salario y dar condiciones dignas» a los actuales trabajadores. Y en la necesidad de mejorar la financiación para adaptar los servicios públicos y las prestaciones sociales a las necesidades actuales.

Sin embargo, después de más de una década en el poder, gestionando el día a día, logrando indultos en Madrid y negociando la colocación de afines en los consejos de administración de las empresas públicas españolas, costará convencer a los suyos de que ellos y las élites son agua y aceite… A ver si, al final, el problema va a ser el pueblo.

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