The Objective
Román Cendoya

«Él es preso»

«Toda una causalidad que aparezcan unidos Roma y Sánchez por la prostitución de la prensa dedicada a la manipulación. Y si hay prostitución, aparece Sánchez»

Opinión
«Él es preso»

La portada de 'L'Espresso' con Sánchez como hombre del año.

Hoy en España sería necesario que Google Maps o Waze sacaran una aplicación para poder navegar por el universo de la corrupción sanchista sin perderse en los distintos casos. Para que no se nos olvide, Sánchez y sus socios son todo un complejo de corrupción en el que todos se entremezclan alrededor de la figura de Pedro Sánchez. Fiscal, Begoña, hermano, mascarillas y los sobres del PSOE. Además está el Ministerio de Transportes, con Javier Herrero y Pardo de Vera. El caso asistentes sexuales en nómina pública de Tragsatec e Ineco. El caso hidrocarburos, del que falta casi todo por hacerse público. Las múltiples no obras de Servinabar y Acciona junto a todos los casos de Leire Díez, Antxon Alonso y Vicente Fernández, con las derivadas imposibles de justificar para María Jesús Montero, las empresas públicas, las rescatadas y las vinculadas a Rodríguez Zapatero. Uno navega por la corrupción y al final lo que es evidente es que, al igual que todos los caminos llevan a Roma, en España toda la corrupción lleva a Sánchez y al PSOE.

Toda una causalidad que esta semana aparezcan unidos Roma y Sánchez. Unidos por lo peor. La prostitución de la prensa dedicada a la manipulación. Y si hay prostitución, cómo no, aparece Sánchez. Qué mal están los medios para que L’Expresso, cabecera italiana de referencia europea, dedique su portada a Pedro Sánchez y lo nombre hombre del anno —año, no culo— y lo justifique con párrafos como: «Más derechos, más libertad. Empleo, desarrollo, redistribución de la riqueza, defensa de los derechos civiles y lucha contra las grandes tecnológicas. Estos objetivos, alcanzados en 2025, convierten a Pedro Sánchez en la persona del anno». Es obvio que hay una profunda crisis periodística —la prostitución mediática es una realidad— cuando un medio como el italiano publica algo así. Ningún periodista con criterio ha podido escribir eso. Todo es falso. Todo es Sánchez. Relato y propaganda. Toda la operación apesta a remitido de la oficina de intoxicación de Pedro Sánchez. ¿Cuánto nos ha costado a los españoles esta operación de propaganda sanchista? Es una vergüenza que el editor Emilio Carelli diga que los «éxitos de España deben ser un modelo para toda Europa». ¿La corrupción masificada, el régimen autocrático y el machismo institucional, mezclado con agresión sexual, de los gobernantes es lo que necesita Europa? Rotundamente no. Es curioso que en el momento actual el nombre del semanario que ocupa toda su portada con la imagen de Sánchez se pronuncie «él es preso». ¿Algo premonitorio?

Como contraste a esta repugnante práctica de manipulación informativa encontramos el duro trabajo de periodismo de investigación que unos pocos profesionales, apoyados por sus medios, están haciendo en España. Toda la corrupción es conocida gracias a su sacrificio. El ejercicio de libertad de prensa por empresas y profesionales independientes está siendo un pilar clave para salvar la democracia del régimen autocrático que Sánchez, con todo su poder, está intentando imponer. Es un orgullo escribir en este diario que tan importante papel está desempeñando desvelando la corrupción y a sus responsables. El régimen y sus amanuenses que, entre otras muchas descalificaciones ad hominem, se refieren a este diario como «el ojete» son agresores sexuales que sólo piensan en lo único. En esta cruzada contra el poder hay que felicitar también a otros compañeros y medios a los que los palanganeros del régimen también califican como «seudomedios de la fachosfera», «máquinas de fango y bulos». Según Sánchez, respecto a lo publicado «no hay nada». Lo cierto es que «la nada»  está respaldada por informes de la UCO y la actuación de los jueces. Menos mal que solo eran «recortes de prensa». Ese descalificado trabajo suma ya 25 implicados (y falta una multitud) entre el fiscal sentenciado, imputados, presos, detenidos y pendientes de causas. Si se añaden los acosadores sexuales y demás denunciados por violencia de género habría que abrir una cárcel entera para ellos. Para todo el entorno de Sánchez.

El editor Carello tendría que aprender de la prensa libre española, que es la que «debería ser un modelo para toda Europa». Unos pocos cumplen con el deber profesional de defender la libertad, informar con veracidad y ser un contrapoder. Sánchez no es ninguna referencia como tampoco lo son las empresas y periodistas al servicio del régimen que están sufragados con dinero público.

«Lo que iban a ser ‘tres casos aislados’ es una pandemia delictiva de corrupción que está ocultando la crisis parlamentaria de falta de mayoría»

La actualidad de las detenciones y allanamientos han tapado por unas horas el tsunami de acusaciones de acoso sexual y agresiones de violencia de género por altos dirigentes del partido socialista. Feministas de pacotilla en un partido en el que se antepone la organización a los derechos y dignidad de las mujeres. Lo que iban a ser «tres casos aislados» es una pandemia delictiva de corrupción que está ocultando la crisis parlamentaria de falta de mayoría para la legislación.  

Una realidad que lleva al ostracismo la singular campaña electoral de Extremadura. Concurren por el PP la presidenta convocante, por el PSOE el imposible candidato a preso cuya siguiente cita pública es el banquillo de los acusados y por Vox un desconocido que han colocado en los carteles tras Abascal que es quien está dando los mítines, exigiendo cambios de candidatos, con un programa de diagnósticos de barra de bar sin ninguna propuesta real, legal y posible. Todo el protagonismo es de quien no se presenta. Una pena que una campaña tan original como trascendental quede eclipsada por todo lo que nos regala la repugnante realidad corrupta de Sánchez.

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