The Objective
Teresa Giménez-Barbat

'Merry Christmas', sr. presidente

«Tu Gobierno, Pedro, se ha visto salpicado por una cascada de escándalos que involucran acoso sexual, prostitución y todo tipo de corrupción en las filas del PSOE»

Opinión
‘Merry Christmas’, sr. presidente

Ilustración de Alejandra Svriz.

Una rubia con un vestido ajustado se dirige al presidente de su país para felicitarle las Navidades. Suena El Tamborilero y con una copa de El Gaitero en la mano entorna los ojos y suenan sus palabras: «Soy una mujer como cualquiera de las que han trabajado a las órdenes de los políticos más feministas e igualitarios de todos los tiempos». Mona y de preferencia, joven. Ah, pero carne de cañón en una formación que se autoproclama defensora de la igualdad, la justicia social y los derechos de las mujeres. Cierto que alguna Leire vio el juego enseguida y le supo sacar partido (nunca mejor dicho). Pero la mayoría han sido unas pardillas que, como yo, se creyeron «el relato» y luego se llevaron algún pellizco más abajo de la espalda. ¡Y encima no nos hacían caso ni los propios compañeros! Así que este año he pensado en aquella Marilyn tan ingenuamente sugerente, me he puesto un fourreau de paillettes y he decidido felicitarte como solo tú te mereces. Y te hablo de tú porque así es, compañero, el protocolo sociata.

Querido presidente, en esta época tan entrañable, cuando las luces de Navidad iluminan las calles de toda España y el espíritu de la solidaridad debería unirnos a todos, quiero ofrecerte mis más sinceras felicitaciones. ¡Feliz Navidad, El Uno! Que estas fiestas te traigan paz, reflexión y, por qué no, te rebajen algo la soberbia. Recordarás que Marilyn Monroe brindó públicamente por el presidente Kennedy, muy amigo él de las chicas, un mayo del 62. Tres meses después, el 5 de agosto, Monroe apareció muerta en circunstancias misteriosas, rodeada de rumores de escándalos, affaires y conspiraciones. Al año siguiente, el 22 de noviembre de 1963, el infortunado presidente fue asesinado en Dallas. Una coincidencia trágica que ha alimentado teorías durante décadas: ¿fue el poder, el sexo y la corrupción lo que selló sus destinos?

Ay, el sexo, ese motor de la vida. Y también de la vida de tantas organizaciones donde algunos tienen la capacidad de favorecer las carreras de unos y de otros. O de hundirlas. Es como si el destino nos jugara una mala pasada, recordándonos historias del pasado que parecen repetirse en nuestro presente. En España, en este 2025 que se despide con tormentas políticas, no puedo evitar ver paralelismos. Tu Gobierno, Pedro, se ha visto salpicado por una cascada de escándalos que involucran acoso sexual, prostitución y todo tipo de corrupción en las filas del PSOE, un partido que presume de feminismo pero que, al parecer, protege a sus «hombres fuertes» hasta que el escándalo puertas adentro (pues era vuestra comidilla) estalla puertas afuera. Aunque el paralelismo no va más allá, tranquilo. No deseo para nada que pierdas la vida. Aunque menos querría perderla yo, si a eso vamos. 

«Estas mujeres valientes que han denunciado merecen justicia, no el silencio cómplice de un partido que se dice progresista»

Permíteme recordarte algunos casos que han hecho aflorar la podredumbre interna de tu formación. En los últimos días de este diciembre, el PSOE ha sido golpeado por un verdadero Me too sociata con denuncias de acoso sexual que han provocado dimisiones en cadena. Francisco Salazar, exasesor en Moncloa adjunto a tu jefe de gabinete Iván Redondo, más cercano a «tu persona» imposible, fue el detonante: acusado de acoso sexual y laboral, su caso abrió la caja de Pandora. En Valencia, Toni González, un dirigente local, afronta investigaciones por un acoso similar, mientras que en Lugo, José Tomé, presidente de la Diputación y alcalde de Monforte, se ha visto salpicado por escándalos que incluyen, asimismo, presuntos abusos. No es un hecho aislado: en Andalucía, Galicia y otras regiones se han sucedido denuncias contra cargos o responsables socialistas, desde senadores hasta secretarios provinciales, que han renunciado a sus encomiendas por «motivos personales» tras revelarse comportamientos chulines y abusivos.

Cinco dimisiones en solo 24 horas, Pedro. ¿No te parece alarmante? Estas mujeres valientes que han denunciado merecen justicia, no el silencio cómplice de un partido que se dice progresista, pero que, en la práctica, parece más preocupado por tapar las vergüenzas propias que por erradicar el abuso en sus filas. Luego está el exministro y antiguo secretario de organización del partido José Luis Ábalos, tu antiguo hombretón de confianza, quien se hizo famoso no solo por el caso Koldo —esa trama de corrupción con comisiones millonarias en contratos de máscaras durante la pandemia—, sino también por su vinculación con escándalos que involucran a prostitutas. Y qué decir del caso Mediador, en el que el exdiputado socialista Juan Bernardo Fuentes Curbelo, alias Tito Berni, fue el epicentro de una red de corrupción que incluía fiestas con prostitutas, cocaína y mordidas a cambio de favores políticos y que parece que ya nadie recuerda. ¿Cómo es posible que un partido que gobierna España permita que sus dirigentes participen en orgías pagadas con dinero público, mientras las mujeres son tratadas como objetos? Esto no es solo corrupción económica y moral; es una traición a los valores que el PSOE pretendía, de boquilla, defender.

Sí, Pedro, como mujer, me indigna ver cómo el feminismo se usa como banderín de enganche electoral mientras intramuros proliferan estos comportamientos tóxicos. Dicen que el apoyo femenino al PSOE está en entredicho. Pero tú sabes mejor que nadie, que muchas se comportan como en una secta y soportan lo que no está escrito mientras «no venga la derecha» y la ultraderecha, que es lo mismo. Pero otras ya hemos superado esta etapa: ¿cómo confiar en un partido y unos socios que solo toman alguna tibia medida (no se ha cortado ninguna cabeza) cuando el escándalo es de dominio público? La respuesta es que no se puede. No lo merecéis.

En fin, Pedro, que esta Navidad te sirva, más que para reflexionar (que tus retiros ya nos los conocemos…) para hacer las maletas. Que el Niño Jesús te inspire y haga realidad el dicho castizo de «tanta paz lleves como descanso dejas». Y, sobre todo: ¡Felices fiestas, míster presidente!

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