Un Rey contra el muro

«Recordemos que, en democracia, las ideas propias nunca pueden ser dogmas, ni las ajenas, amenazas». Esta frase del discurso de Navidad de Felipe VI es un bazuka directo frente al muro que en estos momentos divide a los españoles y cuyo principal arquitecto se sienta en el Palacio de la Moncloa.

El Rey hace todos los años equilibrios para que su discurso pueda sortear la censura previa del Gobierno. Y esta vez, aunque su contenido no vaya a pasar a la historia como uno de sus mejores textos, ha logrado colar una frase que va directa contra el sanchismo.

Frente a la tesis del Ejecutivo y sus propagandistas, que pretenden hacernos creer que todo aquel que se aparte un milímetro de la opinión imperante es un peligroso fascista que va contra la democracia, el Rey nos ha recordado una obviedad: ninguna idea sobra.

Por eso, y aunque suene revolucionario en estos tiempos que corren, ha hecho una llamada a la convivencia y al diálogo, sus palabras más repetidas, alarmado por el clima guerracivilista que se ha impuesto en España, especialmente desde que Pedro Sánchez llegó al poder en 2018. No en vano, Felipe VI ha hecho una alusión indirecta a la Guerra Civil al recordar las «consecuencias funestas» que tienen «los extremismos, los radicalismos y los populismos». «Nosotros ya hemos estado ahí», dijo.

Esa llamada a la responsabilidad y a no cruzar «líneas rojas» la ha hecho Felipe VI aprovechando el 50 aniversario de la reinstauración de la monarquía en España y, aunque no ha citado expresamente a su padre, sí ha recordado que aquellos españoles de finales de los años 70 sí fueron capaces de construir la convivencia que hoy corre peligro. «La Transición fue, ante todo, un ejercicio colectivo de responsabilidad», ha dicho el Rey frente a los que hoy quieren cargarse todo aquello que nos legaron.

El toque de atención del jefe del Estado es claro, veremos si en 2026 nuestros políticos le hacen caso.