The Objective
Jorge Vilches

Todos traicionan

«Hoy, si PP y Vox ‘traicionan’ sus líneas programáticas será para reflejar la voluntad mayoritaria del pueblo, que no es otra que acabar con el sanchismo»

Opinión
Todos traicionan

Ilustración de Alejandra Svriz.

La traición es la ley de la democracia. El PSOE de Sánchez traicionó a todos, empezando por sus votantes, para llegar al poder y conservarlo. La infidelidad a la palabra dada, a la promesa o al programa es consustancial a la política. Deberíamos saberlo a estas alturas. Una cosa es lo que nos cuentan en campaña y otra lo que hacen después. PP y Vox harán lo mismo. Que nadie se alarme ni se rasgue las vestiduras. Ocurrirá porque necesitan pactar.

La consigna en ambas formaciones de la derecha es llegar a acuerdos allí donde sea necesario. Para los populares será más fácil porque están acostumbrados a negociar a izquierda y derecha, con nacionalistas y regionalistas. Su naturaleza es la de un partido con sentido de Estado, y eso proporciona un pragmatismo suficiente a su dirección y electorado. Una cosa muy distinta sucederá en Vox. En esta formación los decibelios de los virtuosos han subido tanto que cualquier desviación en el dogma es castigada como apostasía. De hecho, ya no queda ningún miembro fundador. Los iniciadores han ido pasando por la guillotina patriótica, hambrienta de sangre para mantener prietas las filas y generar terror al poder.

«Vox tiene un discurso estéril en la práctica porque anatematiza al único partido con el que puede pactar, el PP»

Yves Roucaute y Denis Jeambar escribieron que la traición pierde importancia cuando el pacto que se consigue es por un bien mayor. Pensemos en la Transición. Hoy, si PP y Vox «traicionan» sus líneas programáticas será para reflejar la voluntad mayoritaria del pueblo, que no es otra que acabar con el sanchismo. Echar a Sánchez, sinónimo de autoritarismo y corrupción, está por encima del respeto absoluto al dogma que cuatro personas han escrito en una reunión de la dirección del partido. En caso contrario, si se prefiere mantener inmaculado el evangelio político, la traición sería a la España democrática y al deseo de la mayoría. Si por dogmatismo o cálculo electoral el PP y Vox no pactan, la frustración será histórica.

Es hora de elegir: traicionar el programa o a la voluntad de la mayoría. Las derechas sumaron en Extremadura más del 60% de los votos. ¿Qué harían las izquierdas, el frentepopulismo, si tuviera esa cifra? No cabe la menor duda de que se atornillarían al poder hablando de seguir el dictado de la mayoría política, y lo cambiarían todo. Las derechas, en cambio, se comportan de otra manera. El motivo es que Vox tiene un discurso estéril en la práctica, porque anatematiza al único partido con el que puede pactar, el PP. Eso se debe a que vive de atacar a los populares. La estrategia es tan antipolítica que solo puede llevar a la inestabilidad y al fracaso. Cuando podían conformar una alianza estable, recogiendo todo el espectro del electorado a la derecha del PSOE, se dedican a la guerra cainita y al oportunismo.

Es imposible no ser pesimistas si miramos al pasado. La experiencia nos indica que allí donde gobernaron PP y Vox, los de Abascal abandonaron cortando cabezas propias por un mero cálculo electoral. Esto, lejos de suponerles un castigo por parte de su electorado, al que traicionaron con ese viaje, les ha supuesto más votos y fuerza. No se me ocurre mejor forma de boicotear el cambio político para echar a Sánchez. Despreciar al PP favorece al Gobierno del peor PSOE desde 1934.

Es una pena que ambos partidos, PP y Vox, no se presenten a las elecciones mostrando la sinceridad como bandera, tratando a los electores como adultos conscientes de que la democracia es pactar. Si los dos hubieran dicho que acordarían un gobierno con su vecino por un bien mayor —que se acabe de una vez el sanchismo—, el pesimismo no estaría instalado en la mayor parte de los votantes de la derecha.

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