
El centenario que no se celebró
Este año se conmemora un centenario muy curioso. Se cumplen cuatro siglos de la aparición de la última de las obras firmadas por don Miguel de Cervantes Saavedra: ‘Los trabajos de Persiles y Sigismunda’. Es una obra póstuma, aparecida meses después de que su creador dijese basta y quedara sepultado en algún rincón del convento de las Trinitarias. Probablemente, este año nadie escribirá nada sobre la obra ni sobre su centenario. Es más, probablemente nadie leerá esta maravillosa recopilación de aventuras que ideó el maestro, ni este año ni nunca. Alguno pensará, incluso, que es el último centenario cervantino que nuestra generación soportará, por el momento, tras haberse fumado con papel de plata un par de efemérides alrededor del Quijote y otra, más reciente, alrededor de su muerte. Como ocurrió con todas estas fechas, la última celebración en torno al Persiles será un fracaso. Se paseará por la indiferencia del lector hasta perderse en el cementerio de obras maestras olvidadas. Sin remedio.





