
Cataluña y el principio de legalidad
El surgimiento de los estados modernos estuvo condicionado por una premisa anterior y necesaria: un principio de legalidad preexistente, un conjunto de normas percibidas como justas y aplicadas de forma igualitaria que obligaban tanto a los gobernantes como a los súbditos. Como ha explicado Fukuyama, el principio de legalidad establece que “el gobernante no es soberano; la ley es soberana”. O, como afirmó Hayek: “La ley es anterior a la legislación”.




