THE OBJECTIVE
Melchor Miralles

Simbólica Forcadell

Le entró el canguelo a la señora Forcadell, que preside con mano dura con los discrepantes el parlamento catalán, pero que ante loas ropones ha actuado blandiblú, ha acatado de modo expreso el artículo 155 y ha dicho que la declaración de independencia proclamada el 27 de octubre tuvo carácter “declarativo y simbólico”.

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Simbólica Forcadell

Reuters

Le entró el canguelo a la señora Forcadell, que preside con mano dura con los discrepantes el parlamento catalán, pero que ante loas ropones ha actuado blandiblú, ha acatado de modo expreso el artículo 155 y ha dicho que la declaración de independencia proclamada el 27 de octubre tuvo carácter “declarativo y simbólico”.

Vayamos a la Real Academia de la Lengua (RAE). Simbólico: “perteneciente o relativo al símbolo”. Símbolo: Acepción 1: “Elemento u objeto material que, por convención o asociación, se considera representativo de una entidad, de una idea, de una cierta condición”. Acepción 5: “Nombre que servía para reconocer fuerzas como amigas o enemigas”

No sabemos a qué se refería Forcadell al emplear el término “simbólico”. Si sabemos que la señora presidenta del Parlamento de Cataluña tiene más trayectoria en la lengua que en la suela, o sea, dispone de más currículo que vida, y ante la Justicia tiembla un poco. Y también sabemos, por lo que ha declarado, que es consciente de que la verdad no existe, solo existen las interpretaciones, y además, donde se destapa la verdad se descubre la mentira. Con un par ha dicho que ella “siempre ha permitido el debate sin prejuzgar el resultado ni el contenido”, para preservar el derecho a la actividad parlamentaria y el debate libre. Que se lo digan a los diputados de Ciudadanos, el PP y el PSOE de Cataluña, y a todos los catalanes a los que estos representan.

Hay seres humanos que sueñan con la independencia, y como escribió Reverte en el magistral tango de la guardia vieja, “hay hombres que sueñan con irse, y se atreven. Yo lo hice”, como Puigdemont, que se ha independizado de los catalanes largándose lejos, a Bélgica, después de liarla parda, dejar las arcas públicas secas y al personal en situación crítica social y política.

Forcadell no sé con qué sueña, pero ya sabemos que es una mujer simbólica, pero que desconoce que la verdad es la mejor de las defensas que pueden emplearse siempre, y toda la verdad es aún mejor. Y sabe poco de coherencia, que no es sino la coincidencia entre lo que se piensa, lo que se dice y lo que se hace. Claro que no hay pruebas en contra que valgan cuando se quiere creer, como dijo Leonardo Sciascia en su Teatro de la memoria. Demasiado nivel de lectura para tantos simbólicos del procés, claro. Pero en Cataluña hace meses que loas días son noches y las noches son visiones que llevan al día, esperando que los simbólicos entren en razón.

Al menos la simbólica Forcadell debió haber leído a Lao-Tse, que no era un filósofo simbólico: “Es fácil borrar las huellas, pero es difícil caminar sin pisar el suelo”.

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