Empresas internacionales venden sus productos con aceite de palma producido por mano infantil
«A pesar de que los clientes prometen que no hay explotación en sus cadenas de suministro de aceite de palma, las grandes marcas seguirán beneficiándose de abusos espantosos, lo que sorprenderá a cualquier consumidor que piense que está realizando una buena acción al comprar productos con aceite de palma sostenible», señala Meghna Abraham, investigadora sénior en Amnistía Internacional. Algunos de estos productos que se venden como «sostenibles» son los jabones Dove, la sopa Knorr, el detergente Ariel, la pasta de dientes Colgate, el helado Magnum o el KitKat. En su informe, la ONG denuncia que Wilmar, el mayor productor de este tipo de aceite en todo el mundo, utiliza niños de hasta ocho años como trabajadores en sus plantaciones. Muchos de ellos deben abandonar la escuela y ayudar a sus padres en las cosechas, realizando tareas peligrosas que requieren un gran esfuerzo físico. «Algo no está bien cuando nueve empresas que tuvieron unos ingresos conjuntos de 325.000 millones de dólares en 2015 no pueden tomar medidas para abordar el trato atroz que reciben las personas que trabajan en la producción de aceite de palma, ganando además una miseria”, añade Abraham.
Una investigación de Amnistía Internacional revela que grandes empresas de alcance global están vendiendo sus productos que contienen aceite de palma obtenido mediante explotación infantil. Entre los nombres propios se encuentran compañías como Nestlé, Kellogg’s, Colgate-Palmolive o Unilever. Estas firmas compran el aceite en plantaciones de Indonesia donde la ONG ha detectado graves casos de abusos contra los derechos humanos.
«A pesar de que los clientes prometen que no hay explotación en sus cadenas de suministro de aceite de palma, las grandes marcas seguirán beneficiándose de abusos espantosos, lo que sorprenderá a cualquier consumidor que piense que está realizando una buena acción al comprar productos con aceite de palma sostenible», señala Meghna Abraham, investigadora sénior en Amnistía Internacional. Algunos de estos productos que se venden como «sostenibles» son los jabones Dove, la sopa Knorr, el detergente Ariel, la pasta de dientes Colgate, el helado Magnum o el KitKat. En su informe, la ONG denuncia que Wilmar, el mayor productor de este tipo de aceite en todo el mundo, utiliza niños de hasta ocho años como trabajadores en sus plantaciones. Muchos de ellos deben abandonar la escuela y ayudar a sus padres en las cosechas, realizando tareas peligrosas que requieren un gran esfuerzo físico. «Algo no está bien cuando nueve empresas que tuvieron unos ingresos conjuntos de 325.000 millones de dólares en 2015 no pueden tomar medidas para abordar el trato atroz que reciben las personas que trabajan en la producción de aceite de palma, ganando además una miseria”, añade Abraham.