Erdogan plantea reinstaurar la pena de muerte tras el golpe de estado
Erdogan -quien ha acudido al funeral de uno de los 290 fallecidos en el intento de golpe de Estado- ha pedido asimismo a sus seguidores que continúen protestando contra los rebeldes en las calles y en las plazas hasta el viernes, asegurando que las amenazas contra él no están totalmente eliminadas. Muchos entes extranjeros y defensores de los Derechos Humanos ven en la actitud del ejecutivo turco tras el fallido golpe un intento de intensificar las políticas autoritarias. «Queremos que funcione plenamente el Estado de Derecho. No es un cheque en blanco», ha declarado el ministro francés de Exteriores, Jean-Marc Ayrault. La reinstauración de la pena de muerte en el país podría significar la instauración de “purgas” por parte del ejecutivo. Hasta el momento, más de 6.000 personas han sido detenidas, unos arrestos que, según el ministro de Justicia, significan que “la limpieza continúa”. Por otro lado, el fallido golpe está tensando las relaciones entre Turquía y Estados Unidos, donde vive exiliado el clérigo Fethullah Gülen, a quien Erdogan culpa de la intentona. Las consecuencias diplomáticas de la tensión turca se conocerán en los próximos días. Por el momento, este lunes se reúne el Consejo de Asuntos Exteriores de la Unión Europea en Bruselas, donde se volverá a hablar de Turquía.
«No podemos ignorar las peticiones del pueblo”, con esta premisa el presidente turco, Recep Tayyip Erdogan, ha anunciado que mantendrá conversaciones con la oposición sobre una posible reintroducción de la pena de muerte para los autores del fallido golpe de estado del viernes. La pena de muerte fue abolida en Turquía en el año 2004 como respuesta a los requisitos de ingreso en la Unión Europea, aunque no ejecutaba a nadie desde 1984.
Erdogan -quien ha acudido al funeral de uno de los 290 fallecidos en el intento de golpe de Estado- ha pedido asimismo a sus seguidores que continúen protestando contra los rebeldes en las calles y en las plazas hasta el viernes, asegurando que las amenazas contra él no están totalmente eliminadas. Muchos entes extranjeros y defensores de los Derechos Humanos ven en la actitud del ejecutivo turco tras el fallido golpe un intento de intensificar las políticas autoritarias. «Queremos que funcione plenamente el Estado de Derecho. No es un cheque en blanco», ha declarado el ministro francés de Exteriores, Jean-Marc Ayrault. La reinstauración de la pena de muerte en el país podría significar la instauración de “purgas” por parte del ejecutivo. Hasta el momento, más de 6.000 personas han sido detenidas, unos arrestos que, según el ministro de Justicia, significan que “la limpieza continúa”.
Por otro lado, el fallido golpe está tensando las relaciones entre Turquía y Estados Unidos, donde vive exiliado el clérigo Fethullah Gülen, a quien Erdogan culpa de la intentona. Las consecuencias diplomáticas de la tensión turca se conocerán en los próximos días. Por el momento, este lunes se reúne el Consejo de Asuntos Exteriores de la Unión Europea en Bruselas, donde se volverá a hablar de Turquía.