Un refugiado sirio se suicida con una bomba a las puertas de un festival en la localidad alemana de Ansbach
El ministro explicó en una comparecencia pública celebrada de madrugada que los investigadores habían identificado al autor de la explosión y único fallecido en la misma. Se trata de un hombre de 27 años, de nacionalidad siria, que hizo explosionar el artefacto que llevaba consigo después de que le fuera denegada la entrada en el festival de música que se celebraba en Ansbach y que había congregado a cerca de 2.500 personas. Hace un año, el hombre había visto rechazada su petición de asilo pero tenía permiso para permanecer en Alemania debido a la situación de guerra que se vive en su país, Siria, informó Herrmann, quien añadió que se tenía constancia de que esta persona, que vivía en Ansbach desde hacía un par de años, había intentado suicidarse en dos ocasiones anteriores. En este sentido, un portavoz de la Fiscalía dijo que se estaban investigando los motivos de la acción, sin descartar nada, puesto que se tenía constancia de que el fallecido había estado en tratamiento psiquiátrico en un centro hospitalario de Ansbach tras sus intentos de suicidio. Según Hermann en un último comunicado el suicida había grabado en su teléfono móvil un vídeo en el que amenazaba con un atentado en nombre del Islam, por lo que de esta forma se vincula el ataque con el terrorismo yihadista. El atentado se produce un día después de que otro refugiado sirio matara a una mujer e hiriera a otras dos personas con un machete en el centro de Reutlingen, al sur de Alemania. Según la Policía, el atacantes había estado implicado con anterioridad en otras agresiones. Estas dos acciones violentas han ocurrido sin que el país haya tenido tiempo de asimilar el ataque ocurrido el viernes, cuando David Ali Sonboly, un joven alemán de 18 años y de origen iraní, disparó contra la gente, la mayoría jóvenes como él, en el Centro Comercial Olympia, en Munich, causando la muerte de nueves personas y heridas a una docena, antes de suicidarse. Las autoridades alemanas, que en un primer momento pensaron que se trataba de un atentado yihadista, lo descartaron finalmente al comprobar que fue una acción solitaria y premeditada de un joven con problemas que había sufrido acoso escolar y había decidido vengarse.
Las autoridades alemanas están investigando el atentado cometido esta madrugada por un hombre que ha muerto tras hacer estallar una bomba a las puertas de un festival de música en la localidad bávara de Ansbach, dejando una docena de heridos. «No sabemos si este hombre planeaba suicidarse o si tenía la intención de matar a otras personas», ha declarado el ministro del Interior bávaro, Joachim Herrmann, añadiendo que tres de los 12 heridos estaban graves. Lo único que se sabía a primeras horas del lunes era que el fallecido era un joven sirio al que Alemania había rechazado su petición de asilo y había intentado suicidarse con anterioridad.
El ministro explicó en una comparecencia pública celebrada de madrugada que los investigadores habían identificado al autor de la explosión y único fallecido en la misma. Se trata de un hombre de 27 años, de nacionalidad siria, que hizo explosionar el artefacto que llevaba consigo después de que le fuera denegada la entrada en el festival de música que se celebraba en Ansbach y que había congregado a cerca de 2.500 personas.
Hace un año, el hombre había visto rechazada su petición de asilo pero tenía permiso para permanecer en Alemania debido a la situación de guerra que se vive en su país, Siria, informó Herrmann, quien añadió que se tenía constancia de que esta persona, que vivía en Ansbach desde hacía un par de años, había intentado suicidarse en dos ocasiones anteriores. En este sentido, un portavoz de la Fiscalía dijo que se estaban investigando los motivos de la acción, sin descartar nada, puesto que se tenía constancia de que el fallecido había estado en tratamiento psiquiátrico en un centro hospitalario de Ansbach tras sus intentos de suicidio. Según Hermann en un último comunicado el suicida había grabado en su teléfono móvil un vídeo en el que amenazaba con un atentado en nombre del Islam, por lo que de esta forma se vincula el ataque con el terrorismo yihadista.
El atentado se produce un día después de que otro refugiado sirio matara a una mujer e hiriera a otras dos personas con un machete en el centro de Reutlingen, al sur de Alemania. Según la Policía, el atacantes había estado implicado con anterioridad en otras agresiones. Estas dos acciones violentas han ocurrido sin que el país haya tenido tiempo de asimilar el ataque ocurrido el viernes, cuando David Ali Sonboly, un joven alemán de 18 años y de origen iraní, disparó contra la gente, la mayoría jóvenes como él, en el Centro Comercial Olympia, en Munich, causando la muerte de nueves personas y heridas a una docena, antes de suicidarse. Las autoridades alemanas, que en un primer momento pensaron que se trataba de un atentado yihadista, lo descartaron finalmente al comprobar que fue una acción solitaria y premeditada de un joven con problemas que había sufrido acoso escolar y había decidido vengarse.