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Siria como destino turístico en plena guerra

Las imágenes aéreas del vídeo, publicado en YouTube, muestran la playa de la ciudad costera de Tartus llena de gente, disfrutando del mar Mediterráneo, bañándose o conduciendo motos de agua. La campaña, ideada por el ministerio de Turismo de Siria, promociona el país como un destino vacacional. Tartus está situada a 160 kilómetros al noroeste de la capital, Damasco, y a 30 km al norte de la frontera con el Líbano. Tiene el segundo mayor puerto del país y los sirios la consideran como un destino balneario. Esta ciudad costera había permanecido relativamente al margen de la guerra que ha sumido a Siria en el caos desde 2011, pero el pasado 23 de mayo 48 personas murieron en tres explosiones terroristas en Tartus (imagen que encabeza el texto), donde un coche bomba estalló a la entrada de una estación de autobuses y, acto seguido, dos suicidas detonaron los artefactos que llevaban adosados a sus cuerpos en su interior. El mismo día en Jableh, cerca de la base rusa de Jmeimin, murieron otras 53 personas en explosiones alrededor de un hospital. Es conocida la riqueza arquitectónica de Siria pero los estragos de la guerra han destrozado gran parte de su patrimonio, como la ciudad antigua de Palmira, dominada por Estado Islámico hasta la pasada primavera.

Siria como destino turístico en plena guerra

“Siria, siempre bella”. Es el eslogan de una campaña del Gobierno de Siria con la que pretende recobrar el músculo turístico que lucía antes de la guerra. El vídeo de dos minutos pretende mostrar la belleza de un país en paz. Una intención que dudosamente puede lograr eclipsar el conflicto bélico que dura ya cinco años y que ha matado a al menos 470.000 personas y desplazado a otras 4,8 millones.

Las imágenes aéreas del vídeo, publicado en YouTube, muestran la playa de la ciudad costera de Tartus llena de gente, disfrutando del mar Mediterráneo, bañándose o conduciendo motos de agua. La campaña, ideada por el ministerio de Turismo de Siria, promociona el país como un destino vacacional. Tartus está situada a 160 kilómetros al noroeste de la capital, Damasco, y a 30 km al norte de la frontera con el Líbano. Tiene el segundo mayor puerto del país y los sirios la consideran como un destino balneario. Esta ciudad costera había permanecido relativamente al margen de la guerra que ha sumido a Siria en el caos desde 2011, pero el pasado 23 de mayo 48 personas murieron en tres explosiones terroristas en Tartus (imagen que encabeza el texto), donde un coche bomba estalló a la entrada de una estación de autobuses y, acto seguido, dos suicidas detonaron los artefactos que llevaban adosados a sus cuerpos en su interior. El mismo día en Jableh, cerca de la base rusa de Jmeimin, murieron otras 53 personas en explosiones alrededor de un hospital.

Es conocida la riqueza arquitectónica de Siria pero los estragos de la guerra han destrozado gran parte de su patrimonio, como la ciudad antigua de Palmira, dominada por Estado Islámico hasta la pasada primavera.

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