Correa admite que "vivía" en la sede del PP y daba sobres a los políticos
Cuando Correa comentó días atrás que iba a colaborar con la Justicia, muchos fueron los que dijeron que estaba dispuesto a tirar de la manta. Y así ha sido al asegurar que pasaba más tiempo en la sede nacional del PP de la calle Génova de Madrid, que en su despacho. Ha reconocido ‘Don Vito’, como le gustaba que le llamaran, haber sido él personalmente quien cobraba las comisiones a «empresarios privados que daban sus aportaciones – a cambio de adjudicaciones – que luego yo se las entregaba a Luis Bárcenas, y yo me quedaba con mi parte». Con toda tranquilidad ha añadido que eso era algo que «todo el mundo hacía» y, por tanto, era lo normal. Sobre su relación con el PP, ha explicado que fue el entonces tesorero del PP, Luis Bárcenas – también encausado -,quien en 1996 le propuso colaborar con el PP durante la etapa de José María Aznar al frente del partido y que dicha relación terminó cuando Mariano Rajoy llegó a la presidencia en 2004. Fue entonces cuando trasladó su actividad a Valencia donde siguió vinculado al PP presidido en esa época por Francisco Camps. De los regalos a los políticos del PP, ha asegurado que sí, que hizo muchos regalos, entre ellos, un coche a Jesús Sepúlveda, ex alcalde de Pozuelo de Alarcón, o viajes para la familia de éste. Sepúlveda, por entonces, estaba casado con Ana Mato, ministra y destacada dirigente del PP que se vio obligada a dimitir tras hacerse pública su supuesta relación con Correa y la trama Gürtel. Lo único que ha admitido el principal encausado como delito es haber abierto una cuenta en Suiza con dinero «opaco». «Ahí sí que me han pillado», dijo Correa, que se enfrenta a una petición de 125 años de cárcel y una multa de 60 millones de euros por ocho delitos, sólo por este caso, porque aún le quedan otras ocho causas pendientes.
«Quedaba con ellos (los políticos) y les daba un sobre”; “yo me llevaba una comisión y entregaba otra a Luis Bárcenas”; «Génova era mi casa». Estas son sólo algunas de las frases pronunciadas este jueves por Francisco Correa, supuesto cabecilla de la denominada trama Gürtel, en su esperada declaración ante el tribunal que juzga uno de los casos de corrupción más graves de los últimos años en España, relacionado con adjudicaciones ilegales y la presunta financiación irregular del Partido Popular. Un total de 37 personas se enfrentan en la Audiencia Nacional a penas de cárcel que entre todos suman 360 años, acusados de defraudar 120 millones de euros.
Cuando Correa comentó días atrás que iba a colaborar con la Justicia, muchos fueron los que dijeron que estaba dispuesto a tirar de la manta. Y así ha sido al asegurar que pasaba más tiempo en la sede nacional del PP de la calle Génova de Madrid, que en su despacho. Ha reconocido ‘Don Vito’, como le gustaba que le llamaran, haber sido él personalmente quien cobraba las comisiones a «empresarios privados que daban sus aportaciones – a cambio de adjudicaciones – que luego yo se las entregaba a Luis Bárcenas, y yo me quedaba con mi parte». Con toda tranquilidad ha añadido que eso era algo que «todo el mundo hacía» y, por tanto, era lo normal.
Sobre su relación con el PP, ha explicado que fue el entonces tesorero del PP, Luis Bárcenas – también encausado -,quien en 1996 le propuso colaborar con el PP durante la etapa de José María Aznar al frente del partido y que dicha relación terminó cuando Mariano Rajoy llegó a la presidencia en 2004. Fue entonces cuando trasladó su actividad a Valencia donde siguió vinculado al PP presidido en esa época por Francisco Camps. De los regalos a los políticos del PP, ha asegurado que sí, que hizo muchos regalos, entre ellos, un coche a Jesús Sepúlveda, ex alcalde de Pozuelo de Alarcón, o viajes para la familia de éste. Sepúlveda, por entonces, estaba casado con Ana Mato, ministra y destacada dirigente del PP que se vio obligada a dimitir tras hacerse pública su supuesta relación con Correa y la trama Gürtel.
Lo único que ha admitido el principal encausado como delito es haber abierto una cuenta en Suiza con dinero «opaco». «Ahí sí que me han pillado», dijo Correa, que se enfrenta a una petición de 125 años de cárcel y una multa de 60 millones de euros por ocho delitos, sólo por este caso, porque aún le quedan otras ocho causas pendientes.