Los niveles de CO2 atmosférico baten un nuevo récord que marcan una "nueva era" climática
Este demoledor balance aparece en el último Boletín sobre los gases de efecto invernadero, que publica anualmente la Organización Meteorológica Mundial (OMM), agencia de la ONU especializada en el tiempo, el clima y el agua. Los niveles de CO2 en la atmósfera ya habían alcanzado anteriormente la barrera de las 400 ppm en algunos lugares concretos durante varios meses del año, pero nunca antes a escala mundial en un año entero. La OMM culpa al fenómeno meteorológico de ‘El Niño’ de haber impulsado el crecimiento acelerado que experimentó el CO2 atmosférico. ‘El Niño’ provocó sequías en las regiones tropicales y redujo la capacidad de los sumideros (como los bosques, la vegetación o los océanos) para absorber dióxido de carbono. Pero este fenómeno meteorológico ya ha terminado, por lo que los expertos advierten que hay que hacer más para frenar el cambio climático. «Si no nos ocupamos de las emisiones de CO2, no podemos hacer frente al cambio climático ni limitar el aumento de la temperatura a 2ºC con respecto al nivel preindustrial (reto marcado por el Acuerdo de París)», apunta el secretario general de la OMM, Petteri Taalas, que urge a los países firmantes del acuerdo histórico a acelerar la puesta en marcha del mismo, prevista para el 4 de noviembre. Entre 1990 y 2015, el forzamiento radiativo (es decir, la modificación del flujo de la radiación solar hacia la superficie de la Tierra por cambios en la atmósfera, que provoca un efecto de calentamiento del clima) experimentó un incremento del 37% por los gases de efecto invernadero de larga duración, como el CO2, el metano (CH4) y el óxido nitroso (N2O), resultantes de actividades industriales, agrícolas y domésticas.
La concentración atmosférica media mundial de dióxido de carbono se ha disparado de nuevo en 2016 con un nuevo récord, lo que vuelve a poner en valor las graves consecuencias del calentamiento global en el Día Internacional contra el Cambio Climático. Al igual que ocurrió en 2015, este año se ha vuelto a sobrepasar el umbral simbólico de 400 partes por millón (pp) y, lo peor de todo es que, según los expertos, los niveles no descenderán durante muchas generaciones.
Este demoledor balance aparece en el último Boletín sobre los gases de efecto invernadero, que publica anualmente la Organización Meteorológica Mundial (OMM), agencia de la ONU especializada en el tiempo, el clima y el agua. Los niveles de CO2 en la atmósfera ya habían alcanzado anteriormente la barrera de las 400 ppm en algunos lugares concretos durante varios meses del año, pero nunca antes a escala mundial en un año entero. La OMM culpa al fenómeno meteorológico de ‘El Niño’ de haber impulsado el crecimiento acelerado que experimentó el CO2 atmosférico. ‘El Niño’ provocó sequías en las regiones tropicales y redujo la capacidad de los sumideros (como los bosques, la vegetación o los océanos) para absorber dióxido de carbono. Pero este fenómeno meteorológico ya ha terminado, por lo que los expertos advierten que hay que hacer más para frenar el cambio climático. «Si no nos ocupamos de las emisiones de CO2, no podemos hacer frente al cambio climático ni limitar el aumento de la temperatura a 2ºC con respecto al nivel preindustrial (reto marcado por el Acuerdo de París)», apunta el secretario general de la OMM, Petteri Taalas, que urge a los países firmantes del acuerdo histórico a acelerar la puesta en marcha del mismo, prevista para el 4 de noviembre.
Entre 1990 y 2015, el forzamiento radiativo (es decir, la modificación del flujo de la radiación solar hacia la superficie de la Tierra por cambios en la atmósfera, que provoca un efecto de calentamiento del clima) experimentó un incremento del 37% por los gases de efecto invernadero de larga duración, como el CO2, el metano (CH4) y el óxido nitroso (N2O), resultantes de actividades industriales, agrícolas y domésticas.