La ampliación del aeropuerto de Heathrow desata una batalla política en el gabinete del Brexit
La apertura de la nueva pista debe aún superar algunas trabas legales, una votación parlamentaria y más protestas vecinales, por lo que no se espera que se termine la obra antes de 2025. La decisión pone fin a un cuarto de siglo de dudas y se prevé que sirva de impulso para el comercio del país, en un momento en el que se debate entre la opción de un Brexit ‘duro’ o a medida. Pero los detractores del proyecto se encuentran en las propias filas conservadoras, caldeando así un ambiente muy bronco a razón del Brexit. El diputado conservador Zac Goldsmith confirmó de inmediato su intención de renunciar a su escaño en Westminster. El millonario parlamentario representa el distrito de Richmond, bajo la ruta de proximidad de los vuelos, y había amenazado con dimitir si el Gobierno aprobada la expansión de Heathrow. Otros parlamentarios tories batallarán contra Heathrow desde sus escaños e incluso desde sus puestos en el gabinete de May. Este es el caso del canciller Boris Johnson quien prometió cortar con su propio cuerpo el paso de las excavadoras que allanarán el terreno de la tercera pista. Del bando laborista, el principal opositor es el alcalde de Londres, Sadiq Khan, que considera que una tercera pista «será terrible» para la calidad del aire. Según un estudio, la ampliación reportará unos 68.500 millones de euros adicionales a la economía británica en los próximios 60 años y creará 77.000 empleos.
HANDOUT
El Gobierno de Theresa May ha aprobado la ampliación del aeropuerto de Heathrow con la construcción de una tercera pista, una decisión que se iba arrastrando por la polémica que generaba entre políticos y ciudadanos. El consorcio propietario, con el grupo español Ferrovial como accionista principal, ha ganado la partida a su rival Gatwick en el mayor y más polémico proyecto de infraestructura de Reino Unido. La ampliación cuenta con la oposición de varios grupos ecologistas, vecinos y políticos, entre ellos miembros destacados del Gobierno británico.
La apertura de la nueva pista debe aún superar algunas trabas legales, una votación parlamentaria y más protestas vecinales, por lo que no se espera que se termine la obra antes de 2025. La decisión pone fin a un cuarto de siglo de dudas y se prevé que sirva de impulso para el comercio del país, en un momento en el que se debate entre la opción de un Brexit ‘duro’ o a medida. Pero los detractores del proyecto se encuentran en las propias filas conservadoras, caldeando así un ambiente muy bronco a razón del Brexit. El diputado conservador Zac Goldsmith confirmó de inmediato su intención de renunciar a su escaño en Westminster. El millonario parlamentario representa el distrito de Richmond, bajo la ruta de proximidad de los vuelos, y había amenazado con dimitir si el Gobierno aprobada la expansión de Heathrow. Otros parlamentarios tories batallarán contra Heathrow desde sus escaños e incluso desde sus puestos en el gabinete de May. Este es el caso del canciller Boris Johnson quien prometió cortar con su propio cuerpo el paso de las excavadoras que allanarán el terreno de la tercera pista. Del bando laborista, el principal opositor es el alcalde de Londres, Sadiq Khan, que considera que una tercera pista «será terrible» para la calidad del aire.
Según un estudio, la ampliación reportará unos 68.500 millones de euros adicionales a la economía británica en los próximios 60 años y creará 77.000 empleos.
