Judíos ortodoxos y reformistas se enfrentan en el Muro de las Lamentaciones
La presencia de los no ortodoxos en Jerusalem se produjo como consecuencia del fracaso del Gobierno de Israel de cumplir con su compromiso de hacer del Muro de las Lamentaciones un espacio común de oración, alcanzado en enero después de tres años de arduas negociaciones. Antes de las protestas de este miércoles, el primer ministro israelí, Benjamin Netanyahu, a quien los manifestantes acusan de incumplir dicho compromiso, pidió “paciencia y tolerancia” a los judíos reformistas que viven fuera de Israel. “Tenemos un pueblo y un muro; es nuestro muro”, dijo. “Cuanto menos publicidad le demos al tema, más opciones tendremos de resolverlo. Lo último que necesitamos es más fricciones, porque eso hará más difícil una solución”. El llamamiento fue ignorado cuando cientos de judíos no ortodoxos llegaron el miércoles al lugar sagrado y se encontraron con rabinos ultraortodoxos que se abalanzaron para intentar quitarles los rollos de la Torá que llevaban consigo. Las leyes prohíben a los devotos llevar sus propios textos sagrados.
El lugar sagrado ha sido escenario este miércoles de una violenta pelea sin precedentes protagonizada por rabinos ortodoxos que han intentado impedir la entrada en la explanada de un grupo de judíos reformistas, incluidas mujeres, procedentes de distintos países que portaban rollos de la Torá, el texto sagrado del judaísmo.
La presencia de los no ortodoxos en Jerusalem se produjo como consecuencia del fracaso del Gobierno de Israel de cumplir con su compromiso de hacer del Muro de las Lamentaciones un espacio común de oración, alcanzado en enero después de tres años de arduas negociaciones. Antes de las protestas de este miércoles, el primer ministro israelí, Benjamin Netanyahu, a quien los manifestantes acusan de incumplir dicho compromiso, pidió “paciencia y tolerancia” a los judíos reformistas que viven fuera de Israel. “Tenemos un pueblo y un muro; es nuestro muro”, dijo. “Cuanto menos publicidad le demos al tema, más opciones tendremos de resolverlo. Lo último que necesitamos es más fricciones, porque eso hará más difícil una solución”.
El llamamiento fue ignorado cuando cientos de judíos no ortodoxos llegaron el miércoles al lugar sagrado y se encontraron con rabinos ultraortodoxos que se abalanzaron para intentar quitarles los rollos de la Torá que llevaban consigo. Las leyes prohíben a los devotos llevar sus propios textos sagrados.