Trillo deja su puesto como embajador en Londres tras el escándalo del Yak-42
La salida de Trillo de la embajada llega después de la tormenta política que provocó el informe del Consejo de Estado, en el que se admite por primera vez la responsabilidad del Ministerio de Defensa en el accidente del avión Yak 42 que costó la vida a 62 militares y establece que el accidente ocurrido en 2003 se podía haber evitado y responsabiliza de ello a Trillo. Al informe se sumó la voz de la actual ministra de Defensa, María Dolores de Cospedal, que además de asumir «íntegramente» el informe, admite por primera vez que «Yak-42 no debió despegar y que las cosas no se hicieron bien». También se sumaron a la corriente crítica 13 diplomáticos jubilados de la máxima categoría de la carrera diplomática que pidieron por carta al ministro de Asuntos Exteriores, Alfonso Dastis, el cese inmediato de Trillo como embajador en Londres.
Las últimas informaciones sobre la tragedia del Yak-42 clamaban una reacción política y finalmente ha llegado. El que fuera ministro de Defensa en el momento del accidente de avión que costó la vida a 62 militares en 2003, Federico Trillo, abandona su puesto como embajador español en Londres. La decisión la ha anunciado en una comparencia sin preguntas, sin pedir perdón y sin hacer una sola mención a las víctimas del accidente.
La salida de Trillo de la embajada llega después de la tormenta política que provocó el informe del Consejo de Estado, en el que se admite por primera vez la responsabilidad del Ministerio de Defensa en el accidente del avión Yak 42 que costó la vida a 62 militares y establece que el accidente ocurrido en 2003 se podía haber evitado y responsabiliza de ello a Trillo. Al informe se sumó la voz de la actual ministra de Defensa, María Dolores de Cospedal, que además de asumir «íntegramente» el informe, admite por primera vez que «Yak-42 no debió despegar y que las cosas no se hicieron bien». También se sumaron a la corriente crítica 13 diplomáticos jubilados de la máxima categoría de la carrera diplomática que pidieron por carta al ministro de Asuntos Exteriores, Alfonso Dastis, el cese inmediato de Trillo como embajador en Londres.