El reto independentista del ausente Puigdemont marca la Conferencia de Presidentes
«2017 es el año en el que acaba un proceso y comienza una era», aseguró el dirigente independentista en una conferencia pronunciada en el Teatro Romea de Barcelona. A pesar de los llamamientos que, desde le Gobierno central y de partidos como Ciudadanos y otros dirigentes autonómicos, se han hecho en los últimos días para que el presidente catalán acudiera a esta conferencia, que hacía cinco años que no se celebraba, Puigdemont ha querido marcar las distancias que la Generalitat mantiene respecto a la hoja de ruta para celebrar este año una consulta popular sobre la independencia de Cataluña. Uno de los acuerdos a los que se pretende llegar durante las sesiones de debate es establecer un cónclave como órgano de máxima cooperación entre el Gobierno de España y las Comunidades Autónomas, además de que se celebre esta conferencia cada año. En las sesiones, el objetivo es intercambiar opiniones sobre temas comunes como la financiación autonómica, el coste de la ley de dependencia, el reto demográfico, el empleo público o la ley educativa. Asuntos que, para el presidente catalán, no son suficientes. Su ausencia, aseguró, obedece también a «la falta absoluta de reconocimiento» de la realidad de Cataluña. Rajoy, por su parte, ha asegurado a través de su Twitter que «escuchamos las propuestas de todos, apostamos por el diálogo». En la rueda de prensa posterior a la reunión, ha destacado de entre los acuerdos alcanzados, la puesta en marcha de los trabajos para un nuevo sistema de financiación autonómica en el que, ha advertido, «no caben imposiciones» sino un acuerdo de todas las Comunidades.
El Senado ha acogido este martes la VI Conferencia de Presidentes Autonómicos, después de cinco años sin celebrarse. Una reunión presidida por el rey Felipe VI cuyo objetivo, en palabras del presidente del Gobierno, Mariano Rajoy, era alcanzar «acuerdos para mejorar el bienestar de los ciudadanos», y que concluyó en un clima de entendimiento. Un encuentro marcado por las ausencias del lehendakari Íñigo Urkullu y, sobre todo, del presidente catalán Carles Puigdemont, quien en declaraciones realizadas la víspera dijo que su no asistencia era una forma de mostrar su independencia respecto a España.
«2017 es el año en el que acaba un proceso y comienza una era», aseguró el dirigente independentista en una conferencia pronunciada en el Teatro Romea de Barcelona. A pesar de los llamamientos que, desde le Gobierno central y de partidos como Ciudadanos y otros dirigentes autonómicos, se han hecho en los últimos días para que el presidente catalán acudiera a esta conferencia, que hacía cinco años que no se celebraba, Puigdemont ha querido marcar las distancias que la Generalitat mantiene respecto a la hoja de ruta para celebrar este año una consulta popular sobre la independencia de Cataluña.
Uno de los acuerdos a los que se pretende llegar durante las sesiones de debate es establecer un cónclave como órgano de máxima cooperación entre el Gobierno de España y las Comunidades Autónomas, además de que se celebre esta conferencia cada año. En las sesiones, el objetivo es intercambiar opiniones sobre temas comunes como la financiación autonómica, el coste de la ley de dependencia, el reto demográfico, el empleo público o la ley educativa. Asuntos que, para el presidente catalán, no son suficientes. Su ausencia, aseguró, obedece también a «la falta absoluta de reconocimiento» de la realidad de Cataluña. Rajoy, por su parte, ha asegurado a través de su Twitter que «escuchamos las propuestas de todos, apostamos por el diálogo». En la rueda de prensa posterior a la reunión, ha destacado de entre los acuerdos alcanzados, la puesta en marcha de los trabajos para un nuevo sistema de financiación autonómica en el que, ha advertido, «no caben imposiciones» sino un acuerdo de todas las Comunidades.