Las protestas policiales de Brasil llegan a Río de Janeiro
Aunque la mayoría de policías han podido desplegarse con normalidad por la ciudad, donde los delitos violentos están creciendo, en varias comisarías las mujeres de los trabajadores han logrado bloquear la entrada principal desde primera hora de la mañana. “Vinimos a las 04:00 de la mañana y desde entonces no ha salido de aquí un solo auto”, explica la esposa de uno de los agentes, que lidera un grupo de seis mujeres a las puertas de uno de los cuarteles bloqueados. Según explica la Policía Militar, estas protestas se han extendido a 27 unidades policiales, pero solo en cuatro han logrado bloquear la entrada y salida de vehículos. Estas manifestaciones son una réplica de las iniciadas hace una semana en Espírito Santo, donde una huelga policial ha dejado a las calles sin patrullaje desde el pasado sábado. El hecho de que los familiares hayan decidido bloquear las comisarías se debe a que, constitucionalmente, los policías no tienen derecho a la huelga. Por esta razón, se ha abierto una investigación contra más de 700 agentes por el delito de revuelta, ya que las autoridades aseguran que están desobedeciendo las órdenes de sus superiores al no salir de las comisarías. El Gobierno Federal envió el pasado lunes al estado unos 3.000 efectivos de las Fuerzas Armadas y de la Fuerza Nacional para garantizar la seguridad de las calles, que se ha visto gravemente afectada por la huelga policial. El Gobierno de Espírito Santo dice que la situación financiera del Estado impide otorgar a los policías un aumento salarial.
Las comisarías de policía en Río de Janeiro han sido bloqueadas este viernes por familiares de policías, que reclaman mejoras laborales para este colectivo profesional. Estas protestas han desatado el miedo a que se repita la ola de violencia que dejó más de cien muertos en Espírito Santo la pasada semana.