El primer ministro chino promete reducir las emisiones y devolver un "cielo azul" al país
El primer ministro chino Li Keqiang ha prometido este domingo devolver un cielo azul a su país, que padece cada vez más a menudo la nube tóxica que genera la contaminación, y buscar mejorar la calidad de su aire con una reducción de emisiones de algunos de los principales contaminantes, dióxido de sulfuro y óxido de nitrógeno, de alrededor del 3 % este año.
El primer ministro chino Li Keqiang ha prometido este domingo devolver un cielo azul a su país, que padece cada vez más a menudo la nube tóxica que genera la contaminación, y buscar mejorar la calidad de su aire con una reducción de emisiones de algunos de los principales contaminantes, dióxido de sulfuro y óxido de nitrógeno, de alrededor del 3 % este año.
En su discurso solemne de apertura de la sesión anual del Parlamento chino (ANP), Li ha asegurado que el gobierno está «librando una guerra despiadada par preservar el cielo azul», dos meses después de un pico de contaminación durante el cual el norte de China estuvo bajo alerta roja durante seis días.
El número dos del régimen comunista ha asegurado que su gobierno pretende reforzar este año las normas ecológicas y las hará implementar de manera más estricta. Algunas de las medidas anunciadas han sido: la reducción de la extracción y consumo de carbón, el recorte del exceso de generación eléctrica con esta fuente de energía y un nuevo descenso de la producción de acero.
«Cerraremos sin vacilar las empresas que no estén conformes a la ley» en materia de emisiones, ha afirmado el primer ministro. «Los que contaminan a escondidas o que cometen fraude serán severamente castigados», ha añadido. «Aquellos que no hagan respetar la ley o que toleren las infracciones de los contaminantes también deben ser perseguidos con severidad».
«El azul del cielo se verá cada vez más cada año»
Así lo ha asegurado el jefe del Gobierno chino que ha mencionado en particular la contaminación provocada por la utilización del carbón, que sigue asegurando un 62% de la matriz energética china, aunque la proporción de esa energía particularmente contaminante haya bajado dos puntos el año pasado.
Para solucionar el problema, el Gobierno chino ayudará a reemplazar el uso de carbón en más de tres millones de viviendas por gas natural o electricidad, cerrará los sistemas de quema de carbón que aún funcionan en grandes ciudades y renovará las centrales eléctricas de carbón para reducir sus emisiones. El plan para modernizar las centrales térmicas alimentadas por carbón de las zonas del este del país finalizará este año, y el próximo se completará en las regiones centrales y para 2020 se espera que termine en la parte occidental del país.