Bachelet anuncia un proyecto para reformar la Constitución de Pinochet
La presidenta de Chile, Michelle Bachelet, anunció este lunes un proyecto de ley para permitir una reforma a la actual Constitución heredada de la dictadura de Augusto Pinochet. Instaurada en 1981, la Constitución chilena no contiene ningún mecanismo para reformarla.
La presidenta de Chile, Michelle Bachelet, anunció este lunes un proyecto de ley para permitir una reforma a la actual Constitución heredada de la dictadura de Augusto Pinochet. Instaurada en 1981, la Constitución chilena no contiene ningún mecanismo para reformarla.
De aprobarse, el proyecto enviado este lunes le otorgará al próximo Congreso -que será elegido en los comicios generales de noviembre y que asumirá funciones en marzo de 2018- la potestad para elegir el mecanismo a seguir para renovar la Carta Magna.
Con el proyecto «abrimos al fin las puertas para que Chile pueda tener una Carta Magna que nos represente, que acoja nuestra diversidad y que nos dé las herramientas que necesitamos para nuestra vida en común», dijo Bachelet al presentar el proyecto en rueda de prensa.
Los legisladores deberán reunir dos tercios de los votos en ambas cámaras para instaurar una convención constitucional. Mediante una ley orgánica constitucional se regulará la convocatoria a la convención, quiénes la integrarán, cómo se elegirán, la organización y cuáles serán sus funciones y atribuciones, acotó la mandataria socialista.
Si bien no será su gobierno el que defina la nueva Constitución, Bachelet anunció que presentará un proyecto de reforma.
Bajo apoyo popular
Bachelet había prometido en su plataforma un cambio en la Carta Magna, pero debido a complicaciones en el avance de otras reformas, resolvió endosar este proyecto al próximo gobierno. Sin embargo, promovió una serie de diálogos ciudadanos destinados a discutir los contenidos de una nueva Constitución, en los que participaron unas 200.000 personas, y que serán tenidos en cuenta en el proyecto de reforma oficialista.
El bajo apoyo popular al proceso de diálogo echó por la borda el objetivo del gobierno de presionar por esta vía a los legisladores para que aprobaran una nueva Constitución.
Aprobada en un cuestionado plebiscito, la Constitución reformada durante la dictadura de Pinochet (1973-1990) ha sufrido algunas modificaciones en estos 26 años de democracia, pero hasta ahora no se había planteado ninguna iniciativa para modificarla completamente.
«El Congreso tiene desde ahora la gran oportunidad y la responsabilidad histórica de dar respuesta a lo que demanda nuestro desarrollo democrático. Tengo plena confianza que no defraudarán a los ciudadanos», concluyó la mandataria, que finalizará su segundo mandato como presidenta de Chile en marzo de 2018.