Temer se dice víctima de una "infamia" y arremete contra el fiscal general
El presidente de Brasil, Michel Temer, ha afirmado este martes ser víctima de una «infamia» y ha arremetido duramente contra el fiscal general, Rodrigo Janot, quien la víspera ha presentado una denuncia contra el mandatario por el supuesto delito de corrupción pasiva.
El presidente de Brasil, Michel Temer, ha afirmado este martes ser víctima de una «infamia» y ha arremetido duramente contra el fiscal general, Rodrigo Janot, quien la víspera ha presentado una denuncia contra el mandatario por el supuesto delito de corrupción pasiva.
Arropado por ministros y parlamentarios, Temer ha vuelto a aferrarse al poder y ha asegurado que tiene una «preocupación mínima» con la denuncia, la cual ha considerado una «una pieza de ficción» sin «fundamentos jurídicos».
«No permitiré que me acusen de crímenes que jamás cometí», ha dicho Temer en una declaración pública en el palacio de Planalto, sede del Ejecutivo en Brasilia.
En este sentido, Temer ha pedido «pruebas concretas» al fiscal general, a quien, irónicamente, ha acusado de «reinventar el código penal para incluir una nueva categoría, como la denuncia por hilación, que supone un precedente peligrosísimo en el derecho».
Janot ha apoyado su denuncia en las confesiones realizadas por directivos del grupo JBS, que lo involucran en diversas y graves irregularidades.
En la denuncia, Janot afirma que, «entre los meses de marzo y abril» de este año, «con voluntad libre y consciente», Temer «recibió para si, por medio de (el exasesor) Rodrigo Rocha Loures», ya preso por presunta corrupción, «la ventaja indebida de 500.000 reales» (unos 150.000 euros).
Ese montante habría sido «ofertado» por Joesley Batista, uno de los dueños de la multinacional cárnica JBS, a quien Temer ha vuelto a calificar de «delincuente».
Temer, en el poder desde el pasado año, se ha convertido esta semana en el primer mandatario en la historia del país en ser acusado por la Fiscalía, en pleno ejercicio del poder, por un delito penal, en medio de una crisis política e institucional que no tiene límites.
Para ser avalada, la denuncia tendrá que ser aprobada por al menos dos tercios del pleno de la Cámara de Diputados, donde Temer conserva, por el momento, una amplia mayoría.
En caso de que los diputados autoricen la denuncia, la Corte Suprema analizaría el tema en su pleno y, de secundar la decisión de la Cámara Baja, Temer sería suspendido de sus funciones durante un plazo de 180 días.
Si el proceso avanza y termina con la condena de Temer, el presidente de la Cámara de Diputados, Rodrigo Maia, tiene un plazo de treinta días para convocar a las dos cámaras legislativas y elegir en forma indirecta a quien completaría el período presidencial, que concluye el 1 de enero de 2019.
Si bien Temer tiene hasta ahora un claro apoyo parlamentario, su imagen se ha visto duramente dañada y una reciente encuesta le ha atribuído un escaso 7 % de apoyo.