Un bombardeo de EEUU mata por error a 16 policías afganos
Un bombardeo que EEUU efectuó este viernes por error en un edificio tomado por las tropas de Afganistán en Helmand ha causado la muerte de 16 policías afganos, ha asegurado este sábado a la agencia Efe el portavoz del gobernador de esa provincia del sur afgano.
Un bombardeo que EEUU efectuó este viernes por error en un edificio tomado por las tropas de Afganistán en Helmand ha causado la muerte de 16 policías afganos, ha asegurado este sábado a la agencia Efe el portavoz del gobernador de esa provincia del sur afgano.
«16 policías murieron y otros dos fueron heridos en un bombardeo de las fuerzas aéreas extranjeras en la provincia sureña de Helmand», ha indicado Omar Zwak, portavoz del gobernador.
Según Zwak, las fuerzas foráneas bombardearon un edificio del distrito de Gereshk que había sido tomado recientemente por las fuerzas afganas tras un enfrentamiento con los talibanes.
La oficina de comunicación de las tropas de EEUU y la OTAN en Afganistán confirmó anoche el incidente, que tuvo lugar hacia las 17:00 horas, y en el que «efectivos de la seguridad local alineados con las fuerzas del Gobierno afgano murieron», aunque no ofreció un balance concreto de víctimas.
Por su parte, un portavoz del Pentágono ha anunciado que el Departamento de Defensa de EEUU ha abierto una investigación sobre este bombardeo que sus tropas efectuaron en el sur de Afganistán.
Los insurgentes perpetraron ayer en este distrito afgano tres atentados con coche bomba y lanzaron ataques coordinados contra las fuerzas afganas, pero fueron detenidos con apoyo aéreo de Estados Unidos y la llegada de refuerzos.
Las fuerzas aliadas continúan en Afganistán con alrededor de 13.000 efectivos en tareas de asesoramiento y capacitación y Estados Unidos mantiene a cerca de 8.400, como parte de ese operativo de asistencia y en tareas antiterroristas.
Estados Unidos, que se ha marcado como objetivo para 2017 derrotar completamente al EI en Afganistán, estudia una nueva estrategia para sus fuerzas en el país asiático.
Desde el fin de la misión de combate de la OTAN en enero de 2015, los insurgentes han ganado terreno en diversas partes de Afganistán y en la actualidad controlan, tienen influencia o se disputan con el Gobierno al menos el 43 % del territorio, según datos de Washington.