El presidente francés, Emmanuel Macron, ha aprobado este viernes la polémica reforma del mercado laboral, a pesar de las importantes protestas en contra que ha recibido su proyecto, el primer gran desafío del dirigente centrista, que se ha marcado como objetivo cambiar el país.
Una de la prioridades de la reforma es dar mayor flexibilidad a las empresas para reactivar el empleo en Francia, donde el paro afecta al 9,6% de la población activa.
El texto, fruto de varias semanas de conversaciones con sindicatos y organizaciones patronales, ha sido firmado por Macron en el palacio del Elíseo, en una ceremonia oficial transmitida en directo por televisión en la que el mandatario ha subrayado que esta «reforma inédita» es «indispensable para nuestra economía».
La reforma entrará en vigor en los próximos días y será posteriormente sometida a un voto en el Parlamento, donde Macron cuenta con una holgada mayoría, para convertirse en ley.
Macron no ha cedido a la presión de las protestas. Cientos de miles de personas se manifestaron en toda Francia, convocadas por sindicatos franceses, en dos jornadas de movilizaciones el 12 y el 21 de septiembre.
«Creo en la democracia, pero la democracia no es la calle«, sentenció el presidente el martes. «Respeto a quienes manifiestan, pero respeto también a los electores franceses que votaron por el cambio».
Esta reforma, que fue una de las principales promesas de campaña de Macron, tiene como objetivo simplificar el código laboral, considerado como demasiado rígido y complejo para las empresas, con el riesgo de mermar los derechos de los trabajadores, denuncian los sindicatos. Para el gobierno, sin embargo, impulsará el empleo en Francia otorgando mayor flexibilidad a las empresas para contratar y despedir.
El texto incluye también límites a las indemnizaciones por despido improcedente, facilita los despidos en las multinacionales en caso de que estas atraviesen dificultades económicas a nivel nacional aunque su situación sea buena en el extranjero y simplifica las instancias de negociación dentro de las empresas.
El gobierno ha prometido compensar las concesiones a las empresas con mayor seguridad financiera para los trabajadores.
Para los líderes sindicales esta reforma es «desequilibrada» y va «en detrimento de los asalariados».
Nueva manifestación
Se prevén nuevas manifestaciones en los próximos días, comenzando con la movilización convocada para el sábado por el líder de la izquierda radical francesa, Jean-Luc Mélenchon, quien se ha alzado como el principal opositor a Macron. «El sábado habrá una multitud… estamos apenas comenzando», advirtió el excandidato a la presidencia, que llamó a todos los franceses a movilizarse contra un «golpe de Estado social y antidemocrático».
La reforma laboral es una parte fundamental de la agenda de Macron y el primer paso de una revisión más general del modelo social de Francia, que incluirá otros cambios mayores en las prestaciones por desempleo y las pensiones.
El exministro de Economía, que asumió la presidencia en mayo, hizo campaña prometiendo reformar el mercado laboral en Francia para dar a las empresas mayor flexibilidad, siguiendo el modelo escandinavo.